«Volveremos, pero de vacaciones»

«Esta es la happy corner», grita alegremente Ibis Nazello a cualquier que se acerque a las puertas del restaurante El Versalles en pleno corazón de la pequeña habana. «Es que hoy es uno de los días más felices de los cubanos», termina de explicar mientras apura su mojito a ritmo de reaggeton. Como ella, miles de exiliados cubanos celebraron el pasado martes «el principio del fin» del régimen de Fidel Castro. La mayoría de los asistentes, que desde hace dos días blanden por todas partes banderas cubanas a 7 dólares la unidad, esconden bajo sus sonrisas la lágrima peregrina de lo que dejaron atrás. En el caso de Ibis, quien llegó a los EE.UU. con tan sólo 13 años de edad, la humedad asoma cuando habla de sus padres. «Ellos ya no vivirán para ver esto, por fin tendremos el país que nos merecemos». Su discurso se repite constantemente a las puertas del mítico bastión anticastrista donde varias generaciones comparten un solo deseo común: «Queremos vivir en democracia», refiere Amanda Lahdnnin, nacida en Norteamérica y disidente por herencia genética. «Yo me he criado oyendo a mi madre pedir la muerte de Castro, por eso también estoy contenta», explica. Una alegría que no implica, en la mayoría de los casos, regresar a la tierra prometida. «De vacaciones», es la frase que sistemáticamente responden a quienes se les interroga por sus planes de futuro en la isla. Tras varios intentos fallidos, aparece una excepción. José, Jorge y Heliodoro, masones, anticomunistas y presos políticos, quienes aseguran que regresarán a Cuba a reclamar sus propiedades. «Yo dejé allí kilómetros cuadrados de tierras que me expropiaron, espero que algún día me las puedan devolver», dice Jorge quien acto seguido increpa «¿Tu no serás de Zapatero no?, porque él es un socialista». En su lista negra apunta también a Hugo Chávez, Evo Morales y Kennedy -«que engañó a todos los cubanos»-. Más allá de la política la mayor preocupación de los dos exiliados «de avión», según matizan, se centra en el futuro de su país. «Esto va a ser sangriento», concluye José que no da más explicaciones. «Con el país caliente», según Flip quién llegó a Miami hace dos semanas, muchos temen que la cesión de poder se convierta en «una guerra civil». Una teoría que desmienten organizaciones como La Fundación Cubanoamericana: «La oposición siempre ha sido gente de paz, lo único que podría pasar es que se enfrentaran diferente facciones del poder», explicó a La Voz su director de derechos humanos, Omar López. Matiza que «lo más importante en la llegada de la libertad». Una libertad que para algunos supone «no sólo salir de la isla, sino también salir adelante. Y en este país, Estados Unidos, para eso hay que rascar el piso», asegura un viandante banderita rojiazul en mano. «No lo dirá la prensa, no lo oirá por la radio, ni lo verá en televisión, ningún medio masivo se atreverá a decírselo pero¿ !Fidel Castro ha muerto!». Esta es sólo una de las miles de teorías que desde hace días inundan las calles de la pequeña habana en Miami, bastión del exilio cubano y auténtico mentidero popular de los anticastristas. La especulación se ha implantado como el deporte favorito entre una población acostumbrada a desarrollar la imaginación ante el hermetismo institucional. Desde una muerte encubierta, hasta un ensayo general, cualquier versión resulta válida para disipar la incertidumbre. «Yo lo que creo, es que lo ha asesinado un miembro de su propio ejército, porque la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos no puede tocarlo», refiere Luis Pastor, ex militar, ex revolucionario y exiliado cubano. Su teoría es una de las más extendidas entre la población «Tu crees que alguien que está enfermo se va a poner a hacer cartas», señala Loui Lady a su esposo cuando se le interroga al respecto. Desde que se difundió la proclama por la que Fidel Castro entregaba todos los poderes a su hermano menor Raúl, los mensajes emitidos por los medios de comunicación oficiales contribuyen a que se mantenga la calma. Ayer, el diario Granma , órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, (PCC) dividía su primera página a partes iguales entre un gran titular que decía «Fidel, recupérate» y, en tipografía más pequeña, reproducir el mensaje enviado por el gobernante. También el diario Juventud Rebelde , órgano de la Unión de Jóvenes Comunistas, transmitía confianza al titular en portada: «La revolución continúa». El artículo «Vivas por un hombre único» recogía testimonios de gentes que suspiran por la recuperación del líder revolucionario. Ambos medios escritos, los más importantes de la isla de circulación nacional, hicieron un despliegue para reproducir mensajes de aliento para un personaje que también es hombre que va cumpliendo años y que, guste o no, es ya parte de la Historia. La televisión y la radio mantienen su programación habitual. No faltan las películas, las novelas y los espacios especiales para los niños, pero sus informativos recogen una variada muestra de expresiones de solidaridad tanto de la isla como de mandatarios y personajes extranjeros. También, han denunciado con duros calificativos la reacción del exilio cubano radicado en Miami. Hacían notar que en las manifestaciones de la ciudad del país del norte junto a la bandera cubana ondeaban la enseña estadounidense. El exilio más recalcitrante se concentra en Miami, ciudad que tiene una zona llamada Pequeña Habana, donde viejos cubanos juegan al dominó en los soportales, como si fuera Cuba, mientras añoran regresar a la isla que muchos abandonaron pensando en regresar, pero ya llevan casi medio siglo de espera. En los centros de trabajo, locales municipales del Partido Comunista de Cuba y espacios públicos se realizaron reuniones informativas, actos de reafirmación revolucionaria y de apoyo y aliento a los hermanos Castro Ruz.