Japón ejecutará en la horca al cabecilla del atentado de metro en Tokio Fidel Castro no pudo presidir la cumbre de los No Alineados

Shoko Asahara, «gurú» de la secta Verdad Suprema, autora del peor atentado terrorista que ha sufrido Japón, será ejecutado en la horca después de que el Tribunal Supremo ratificara ayer su condena a la pena de muerte. Asahara, de 51 años, ha agotado así todos sus recursos judiciales después de que el pasado 27 de febrero del 2004, el Tribunal Provincial de Tokio le hallara culpable de haber inducido a su organización a cometer 13 crímenes que resultaron en la muerte de 27 personas. De entre todas las fechorías perpetradas por su secta apocalíptica, el ataque múltiple del 20 de marzo de 1995 al metro de Tokio con gas sarín ha quedado grabado en la historia negra del país. Seis personas murieron y 6.000 resultaron intoxicadas después de que varios de sus correligionarios sembraran el caos en el suburbano nipón al derramar el gas letal en un momento en que los trenes circulaban abarrotados, en plena hora punta de la mañana. Los abogados de la defensa habían recurrido la sentencia a la pena capital alegando que Asahara sufre un desorden mental que no le permite afrontar un proceso judicial de semejante magnitud. La enfermedad ha podido más que la voluntad de Fidel Castro y le ha impedido presidir la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), un foro hecho a su medida y pensado para recuperar el liderazgo de Cuba en el Tercer Mundo. La breve intervención del canciller cubano, Felipe Pérez Roque, antes de la inauguración oficial de la reunión de mandatarios para informar de que Castro no presidiría la Cumbre, terminó con mes y medio de especulaciones sobre su participación en esta cita internacional, en la que Cuba asume la Presidencia del Movimiento. La divulgación de imágenes de su convalecencia en los últimos días y el secretismo con el que las autoridades cubanas han manejado desde el principio la enfermedad de Fidel Castro, cuya naturaleza todavía no ha sido divulgada, habían contribuido a alimentar la expectación. Castro, dijo ayer el canciller, se recupera «con un ánimo de disciplina y optimismo insuperables, su salud mejora continuamente y su convalecencia es satisfactoria». No obstante, agregó, «a pesar del rigor y la voluntad con que sigue sus tratamientos y fisioterapia, los médicos han insistido en que continúe su reposo» y, por lo tanto «no estará presidiendo» la Cumbre, que está presidida por Raúl Castro en su calidad de presidente provisional de los Consejos de Estado y de Ministros. «Cuando esté en condiciones plenas de asumir sus funciones, Fidel ejercerá la Presidencia del Movimiento de los No Alineados», afirmó el canciller. Pese a su ausencia, la sombra de Fidel Castro, que fue anfitrión de la VI Cumbre del Movimiento celebrada en La Habana, en 1979, ha planeado sobre el Palacio de Convenciones habanero durante la sesión inaugural. Todos los oradores han tenido palabras de solidaridad para el líder cubano, empezando por su hermano Raúl, que ha retomado párrafos de viejos discursos de Fidel Castro durante su intervención. «Todos hubiéramos querido que estas palabras inaugurales fueran pronunciadas por el presidente Fidel Castro», comenzó diciendo Raúl Castro, quien aseguró que «en medio de su paulatina y satisfactoria recuperación», el líder cubano «se ha mantenido atento a cada detalle de los preparativos de esta magna reunión». También el líder de Venezuela, Hugo Chávez, amigo personal del presidente cubano y su principal aliado, comenzó ayer su intervención ante la Cumbre con palabras para Fidel Castro. «En esta Cumbre histórica, saludo a Fidel Castro y pido un aplauso. Saludo al presidente y amigo Raúl», dijo Chávez, que visitó el jueves a Castro.