Diario de León

Las autoridades estadounidenses podrán consultar 34 referencias de cada viajero europeo

La UE entregará a la CIA y al FBI los datos de los pasajeros de losaviones Domicilio, teléfono, modo de pago del billete y maletas facturadas

Europa acepta seguir cediendo al Ejecutivo norteamericano información personal

Un grupo de pasajeros pasa por un control policial

Un grupo de pasajeros pasa por un control policial

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Juan Oliver - corresponsal | bruselas
León

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La Unión Europea y Estados Unidos alcanzaron ayer un acuerdo que permitirá a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y a la Oficina Federal de Investigación (FBI) acceder a los datos personales que los viajeros que vuelan desde Europa a ese país facilitan a las compañías aéreas en el momento de reservar su billete. Desde hace dos años, las aerolíneas suministraban esa información al Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, con el compromiso de que ningún otro organismo tenía acceso a ella. El pacto, al que se llegó de madrugada tras nueve horas de negociación, deberá ser ratificado ahora por los Veinticinco, pero en principio supone una gran satisfacción para el Gobierno de George W. Bush, que había demandado más flexibilidad para sacar provecho de un material que, desde ahora, podrá reclamar cualquier administración que participe en la lucha contra el terrorismo. El texto del acuerdo excluye expresamente del grupo de organismos que pueden consultar esos archivos al Servicio Secreto, al departamento de Inmigración y a la Guardia Costera, entre otros, pero no a la CIA ni al FBI. Sentencia El sistema de cesión de datos personales de pasajeros de aerolíneas entró en vigor en mayo del 2004 mediante otro acuerdo entre la UE y la Administración norteamericana, pero la primavera pasada, y a raíz de una denuncia del Parlamento Europeo, el Tribunal de Justicia de la UE lo declaró ilegal por vicios de forma en su desarrollo legal. Ambas partes han intentado enmendar aquellos defectos y evitar nuevas denuncias por violación de derechos fundamentales. Así, se mantienen los 34 campos de datos que EE.?UU. puede consultar, pero se excluyen aquellos que pueden desvelar la raza o religión del pasajero. Además, se elimina el acceso di-recto a las bases de datos de las aerolíneas, lo que obligará a las autoridades norteamericanas a solicitar la información por los cauces oficiales. La extracción de los datos la efectuará el DHS penetrando directamente en los ordenadores de las compañías aéreas (como hasta ahora) mientras no se encuentre disponible un método, actualmente en fase de experimentación, que facilite la transmisión de esa información desde las compañías de aviación sin intrusión de los ordenadores del DHS. El nuevo procedimiento de extracción de datos no tendrá limitado el número de requerimientos de información del DHS, como sucede actualmente, y «no conferirá a las compañías aéreas ninguna discrecionalidad en la determinación de cuándo, cómo y qué datos suministrar (pues) tal decisión esta atribuida al DHS por la ley de Estados Unidos». El acceso de las agencias norteamericanas de seguridad otras que el DHS a los PNR no se producirá mediante una «conexión electrónica directa incondicional», pero el departamento de Aduanas y Fronteras «facilitará la difusión de los datos de los PNR a las autoridades del Gobierno de los Estados Unidos que ejerzan funciones de lucha contra el terrorismo, en las que los PNR sean necesarios para prevenir o combatir el terrorismo y crímenes conexos (incluidos amenazas, vuelos, personas individuales y rutas problemáticas) en casos que estén examinando o investigando». Los PNR podrán ser recopilados 72 horas o antes del despegue del vuelo «cuando exista indicación de que un acceso temprano (a la información) sirva para hacer frente a una amenaza específica sobre un vuelo, un conjunto de vuelos, una ruta u otras circunstancias» relacionadas con los delitos perseguidos. El tiempo No está aún definido el tiempo que el DHS conservará los datos de los PNR. El acuerdo del 2004 le permitía hacerlo durante un máximo de 8 años, pero este aspecto será debatido durante las negociaciones para el convenio definitivo (el viernes aprobado es provisional) que deberá entrar en aplicación en agosto del 2007, una vez concluya el actual. Las autoridades europeas valoraron ayer las garantías de seguridad sobre la confidencialidad de la información de los PNR dadas por los americanos, y la seguridad jurídica que el nuevo marco legal aporta a los gobiernos y a los operadores aéreos. El acuerdo alcanzado ayer por los 25 en Bruselas prevé la posibilidad de que los europeos pongan en marcha un sistema de control de pasajeros en vuelo por territorio de la UE equivalente al norteamericano. El acuerdo entre la UE y Estados Unidos supone que cualquier persona que vuele a ese país pone en manos de sus autoridades casi toda de la información que ha faci-litado a su compañía aérea o que se deriva de su viaje: nombre y apellidos, domicilio, teléfono, dirección de correo electrónico, número de asiento en el avión, modalidad de abono del billete, agencia de viajes en la que lo ha reservado, fecha de la reserva y del vuelo, número y código de las maletas facturadas, itinerario completo del viaje (tanto si es directo como si pisa suelo estadou-nidense en tránsito a otro país, especificando si es de ida y vuelta o sólo de ida), información sobre viajeros frecuente, millas recorridas y destinos escogidos... Para Estados Unidos, el libre acceso a esa información es fundamental, tal y como se lo explica Stewart Baker, responsable adjunto del Departamento de Segu-ridad Nacional, a las autori-dades europeas en una carta que la Comisión filtró ayer a la prensa: «El tratamiento de ciertos datos personales de los pasajeros puede identificar a potenciales terroristas», justifica Baker, quien sostiene que son úti-les incluso si su antigüedad supera los tienen tres años y medio, el plazo máximo de almacenamiento acordado. Disyuntiva Las compañías aéreas aplaudieron ayer el pacto, que les permite obviar la disyuntiva que enfrentaban hasta ahora: desoir la sentencia europea que les prohibía dar acceso a los datos de sus clientes, o enfrentarse a la legislación norteamericana, que castiga con la suspensión de la licencia de vuelo y multas de hasta 4.500 euros por pasajero a el incumplimiento de esa exigencia. «Nuestro objetivo es combatir el terrorismo, manteniendo al mismo tiempo el compromiso de respetar los derechos fundamentales y las libertades, en particular la privacidad» MICHAEL CHERTOFF Secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos

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