Los soldados de las milicias integristas islámicas siguen sembrando el terror en Somalia

Las fuerzas combinadas del gobierno provisional de Somalia y las tropas etíopes que lo respaldan combatían ayer, por tercer día consecutivo, con las milicias de la antigua Unión de Tribunales Islámicos (UTI) y miembros del clan Hawiye, el más importante de esta capital. Los insurgentes disparan con morteros desde las posiciones que ocupan en varias áreas residenciales y las tropas gubernamentales y etíopes responden con fuego de artillería de grueso calibre, cuyos impactos van destruyendo rápidamente las pocas casas que no habían sido tocadas hasta ahora por los disparos. Los encarnizados combates, que comenzaron el jueves tras lanzar el Gobierno una ofensiva contra las milicias integristas islámicas y los milicianos Hawiye, han causado decenas de muertos y forzado a miles de civiles a huir de la ciudad para no quedar atrapados en el fuego cruzado. El clan Hawiye, al que pertenecen uno de cada cuatro somalíes, dio luz verde esta semana a sus combatientes para luchar contra el Gobierno, al sentirse relegado por una administración que basa su poder en el apoyo armado prestado por la vecina Etiopía. En declaraciones por teléfono móvil a Efe, Ahmed Diriye, portavoz del clan, acusó al Gobierno de «masacrar a los civiles» y prometió que sus fuerzas lucharán «hasta el final». «El gobierno de transición somalí y Etiopía tendrán que responder por las violaciones de los derechos humanos que están cometiendo en Mogadiscio», dijo Diriye.