La toma de posesión de Cristina Fernández concita la atención mundial

A pesar de que la toma de posesión hoy de Cristina Fernández como presidenta de Argentina tiene todos los ingredientes para concitar la atención mundial, la coincidencia en Buenos Aires de jefes de Estado y otros protagonistas de la agenda internacional más caliente hará de este acto un escenario único y relevante. La mayor expectativa se centró en los rehenes de la guerrilla en Colombia, pero hay más. Fernández es la primera mujer elegida presidenta de Argentina y los atributos del mando le serán entregados nada menos que por su esposo, el actual presidente Néstor Kirchner. Sin embargo, la mirada no puede detenerse en el inusual traspaso pues habrá múltiples asuntos que se ventilarán en múltiples encuentros paralelos, formales e informales. Si bien el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, desalentó las expectativas, los españoles esperan ver cómo resulta el encuentro del presidente venezolano, Hugo Chávez, y el Príncipe de Asturias tras el célebre «¿por qué no te callas?» del Rey Juan Carlos, en la cumbre Iberoamericana. No hay prevista una reunión, pero no se descarta un encuentro fortuito y el saludo de rigor. Los uruguayos estarán alertas por la llegada de su presidente, Tabaré Vázquez, que será repudiado por los ecologistas que rechazan una planta de pasta de celulosa en un río limítrofe con Argentina. Por este conflicto, que enfrenta a los dos países, el vecino limitó su estancia en la capital argentina estrictamente al acto. Pero sin duda, lo que más atrae la atención extranjera es el tema de la posibilidad de un canje humanitario en Colombia, un tópico que reunirá en Buenos Aires a todos los protagonistas. Está prevista la presencia del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, que propuso el viernes una controvertida «zona de encuentro» para el canje de rehenes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) por guerrilleros presos. Pero también llega Chávez, cuya intervención en el canje como mediador fue cancelada abruptamente en noviembre por Uribe en un gesto que generó una crisis entre los dos países.