Diario de León

Francisco José Purroy catedrático de zoología. Gran CrUZ de la Orden Civil del Mérito Medioambiental

«Los valores de la naturaleza de León son desconocidos, pero son cojonudos»

«Para vivir hay que ser trabajador, eso vale más que creer que has heredado un cerebro excepcional, y el papel del hombre en la naturaleza no es el de colonizador destructor». Esa es la doble filosofía que Francisco José Purroy (Pamplona, 1946) ha querido inculcar en 33 años como catedrático de zoología en León. Jubilado, acaba de recibir la Cruz de la Orden Civil del Mérito Medioambiental.

Juan Francisco Purroy, en un momento de la entrevista.

Juan Francisco Purroy, en un momento de la entrevista.

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carmen Tapia | león
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—L a Cruz al Mérito Civil Medioambiental es como un oasis en el desierto en el que sólo se habla de recortes y prisma de riesgo. ¿Cómo ha recibido este reconocimiento?

—Es un sorpresón. Mi trayectoria ha sido muy criticada por los políticos que me ha considerado un radical de la conservación de la naturaleza. Esta condecoración sorprende a mucha gente que se pregunta si Pancho Purroy ha pasado de ser el rojeras defensor de las aves a ser un lameculos del poder. Yo creo que desde Seo/BirdLife, la Sociedad Española de Ornitología, han hecho ver que la conservación de la naturaleza y las aves tiene repercusiones positivas para España en ayudas medioambientales.

—¿Tiene pájaros en la cabeza?

—Claro. Los pájaros son mi gran afición, pero a partir de los pájaros entras en una serie de campañas para opinar sobre zonas, como que no se inundase el valle de Omaña, que no se destruyeran las marismas de Santoña, que se terminara con el veneno que amenaza las rapaces españolas, que se abran nuevos muladares para que los buitres y los alimoches tengan comidas sin necesidad de recoger el ganado muerto con gran coste.

—¿Con qué termómetro se disparan las alarmas del medio ambiente?

—España tiene una población escasa para el tamaño de su territorio y los valores naturales son muy altos. Si resulta que te dedicas a unas políticas de explotación insostenibles vas a tener unos perjuicios superiores a que si atiendes a tratamientos moderados de los paisajes. Este poner peso a que las decisiones políticas incorporen el elemento verde es en parte debido a grupos de conservación y a personas que hemos dicho a los que mandan que hay que fijarse en ésto. No todo es producir coches, especular con los bancos, políticas de cemento, el intervenir en todo tipo de proyectos de legislación nos da peso, en algunas ocasiones para bien y en otras para mal. La ley de Costas, por ejemplo, ha sido un gran varapalo para nosotros, para los que nos gusta la naturaleza y queremos preservar gran parte del litoral español sin que sea barrido por un desarrollo urbanístico salvaje.

—¿Cómo se establece ese diálogo con el Gobierno?

—Interviniendo con alegaciones en el impacto ambiental. Acercándose a los políticos. Una vez me enfrenté con Arzalluz, del PNV, por la caza de las palomas migratorias.

—En estos tiempos de crisis económica, ¿en qué lugar quedan las políticas de conservación medioambiental?

—España recibe muchos fondos por la calidad de su medio ambiente. Hay prácticas de buenos cultivos que si los agricultores los llevan a cabo les supone un beneficio económico, como el no utilizar determinados pesticidas o no realizar quemas de rastrojos en momentos inoportunos. El medio ambiente es un niño pobre dentro de la política, pero no un niño indigente.

—¿Cuáles son las reivindicaciones actuales en León?

—Que no se realice el proyecto de la estación de esquí de San Glorio, que es el lugar de Red Natura que tiene la mayor valoración medioambiental de endemismos botánicos la Cordillera Cantábrica y el corredor de comunicación y área de cría mejor del núcleo oriental del oso pardo. Otra asignatura pendiente es que la CHD renaturalice los ríos que tienen bordes rectilíneos delimitados por escolleras y muy poca ribera natural para que recuperen toda su fisonomía, más ondulados con meandros y mangas de agua parada y con sotos naturales. Los ríos de León han sido muy castigados por la política fluvial. Ahora estamos en una campaña para que las personas aprecien lo que es la Red Natura 2000. Hay maravillas a escala mundial desconocidas. Poca gente sabe que los montes Aquilianos que van desde Ponferrada hasta el Teleno son los que tienen el núcleo de marta más meridional de Europa y la mayor densidad de roqueros rojos del mundo o que la reserva de Natura 2000 de Omaña es la que tiene en el río Omaña una de las poblaciones de trucha autoctona mejor conservada de Europa, con los urogallos más sureños del mundo. Hay un sitio del Cea, en las inmediaciones del Almanza, donde están los robles gigantescos de mejor porte conocido del mundo. El Este de Valencia de Don Juan tiene un núcleo de avutardas que mantienen la mayor densidad de cría de la península ibérica. Estos espacios son la bomba.

—¿El turismo verde es el gran olvidado de León?

—Está relativamente promocionado relacionado con los valores del Camino de Santiago más que con los valores de la naturaleza. Viene mucha gente a León porque estarán tranquilos y comerán y beberán bien, pero no se comenta demasiado que si vienen con los prismáticos se lo van a pasar pipa. Los valores de la naturaleza de León son muy desconocidos. Igual que Asturias ha acuñado Asturias Natural hay que pensar en una campaña que atraiga a la gente con un reclamo leonés.

—¿Por qué no se aprovechan esos recursos?

—Hay un cierto fatalismo. Preguntas en León y da la impresión de que todo está acabado. Antibióticos se cierra, las minas de carbón van cuesta abajo, hemos perdido el camino de la industrialización, el AVE llegará cuando las ranas crien pelo. Hay que romper esa sensación de tristeza. León es cojonudo.

—Traigo una serie de preguntas sobre la identificación de las costumbres del mundo animal y el humano...

—Si, claro. Te voy a decir una que te va a hacer gracia. Una costumbre es la de la ofrenda. Todo macho animal que quiere copular con una hembra tiene que hacer un regalo. Así como te lo digo (risas). Esto no es pornográfico. Un abejaruco macho tiene que entregar en el pico un insecto brillante para que la abejaruca se deje montar. El gato montés tiene que llevar un gran ratón a la hembra para que ésta se deje. Siempre, siempre es así. El hombre también tiene que comprar el anillo de pedida para dárselo a la novia.

—Eso está cambiando.

—Sí, pero sigue en el subsconsciente. Es una herencia animal.

—¿Existen los siete pecados capitales en el mundo animal?

—Los animales tienen conductas altruistas, como buscar el beneficio ajeno en vez del propio. En zoología de la Universidad de León se ha hecho un estudio con las cornejas de la Sobarriba en el que se ve que hay varios pollos que son alimentados no sólo por sus padres sino también por sus tíos y vecinos. Hay una ayuda altruista para que los pollos salgan adelante. Esto ha causado sensación.

—¿Cuántas especies de pájaros hay en León?

—Hay 220. Algunas sólo se presentan en invierno y otras son reproductoras. Es posible que el corredor sahariano aparezca por el Sur de León dentro de poco, por le cambio climático.

—Le voy a dar a elegir entre «Los Pájaros» de Alfred Hitchcock o «Juan Salvador Gaviota» de Richard Bach.

—Juan Salvador Gaviota

—¿Los pájaros nunca serán una amenaza para el hombre?

—Hubo un momento de apuro por la gripe aviar, pero se ha visto que no. Es más probable que un episodio de gripe surja con aves domésticas en altísima densidad. Lo que si ocasionan son daños agrícolas. Los estorninos se consideran plagas de los olivos o el ruido y el excrementos de algunas aves en los parques. Son efectos pequeños.

Si fuera un pájaro ¿qué pájaro sería?

—Tengo dos motes: torcecuello y golirón. Pero me identifico con el petirrojo porque es muy bueno.

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