«El Gobierno se ha lavado las manos, como Pilatos»

Los camioneros que se encuentran en Sierra Leona acusan al Gobierno de «no hacer nada de nada por su situación. Recuperó los pasaportes pero se ha lavado las menos como Pilatos» para poner fin a la situación «de angustia y desesperación» en la que viven actualmente, asegura Antonio Valenzuela, uno de los dos camioneros leoneses que esperan en el país para que se les devuelva sus camiones, retenidos tras un fallido contrato laboral que supuestamente les haría una empresa cuando llegaran al país. Pero el dinero escasea, no pueden trabajar y el tiempo pasa. «El Gobierno nos ha dicho que no tiene ayudas. El embajador, Fernando Morán, nos ha dicho que hay ayudas para el sustento mensual para los que están en prisión, pero no para nosotros». Atrapados «en una estafa» desde enero, los transportistas ven como otros compañeros trabajan y ganan dinero, las gestiones del embajador español no han dado los frutos esperados hasta ahora. «El embajador sabe que hemos sido víctimas de una estafa y no ha hecho nada al respecto». «No tengo nada nuevo oficialmente» fue la contestación recibida por el grupo el 23 de noviembre. La situación laboral y de residencia está ya legalizada. «Si recuperamos nuestra herramienta de trabajo podremos trabajar. Aquí tenemos posibilidades de un futuro, en España no hay nada», asegura Antonio Valenzuela, Su permiso de estancia en el país acaba el 19 de diciembre, «Yo la tengo hasta el 19 de diciembre porque Pedro Zerpa —la persona que les ayuda a arreglar su situación tras la estafa— me lo ha arreglado porque no tengo dinero. A los abogados no les pagamos de momento» por lo que atienden cuando pueden, sin un seguimiento cercano de su caso. «Vivimos de lo poco que nos envían desde casa. La Asociación Internacional de Transportistas Astic hizo una colecta y nos envió algo de dinero para pagar el hotel porque no teníamos dinero para hacer frente a lo que debíamos».

Los transportistas han enviado correos al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al líder de la oposición. Pérez Rubalcaba, «pero sin contestación». Incluso al rey.

«Pasamos la vida con lo poquito que tenemos. Desayunamos y cenamos». Pero los camiones no llegan y el tiempo pasa.

Las familias viven desde León la desesperación de las «calamidades» y necesidades que viven los españoles víctimas de la estafa laboral —dos leoneses, un asturiano, dos valencianos y un vasco—. Por eso, los amigos de la familia de Antonio empiezan a organizarse. el dueño del taller de restauración de muebles y antigüedades, Jesús Ángel Fernández, ha colocado en su negocio de la calle Fructuoso número 4 una caja para recaudar donativos, «aunque sólo sea un euro», asegura Fernández, que permita a los leoneses adquirir el billete de vuelta a casa.

«Nuestro sustento diario es gracias a lo poco que nos pueden enviar de casa», asegura Valenzuela, atrapado en un país con muchas posibilidades de trabajo pero sin la posibilidad de hacerlo.