Diario de León

ESTRÉS LABORAL

Del trabajo al diván

El gabinete psicológico del sindicato UGT atiende este año a 113 funcionarios estresados por la presión, los recortes y las pocas expectativas laborales; son un 8,5% más que en 2013.

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carmen Tapia | león
León

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La vitalidad y la pasión por el trabajo se convierten en apatía y desmotivación. Después llega el agotamiento psíquico y mental incluso tras el descanso, el enfrentamiento con los compañeros, el acoso, el bajo rendimiento, la frustración, la taquicardia, los problemas gastrointestinales y los dolores de cabeza y espalda. Y, tras una peregrinación por las consultas de los especialistas, el diván del psicólogo, un espacio que ha ganado relevancia con los años desde que comenzó la crisis económica y que sólo hasta noviembre ha llevado al gabinete psicológico de UGT de León a 48 nuevos profesionales de la sanidad y la educación, un 8,5% más que el año pasado. La consulta ha atendido este año a 113 personas que buscan en los profesionales de la salud mental herramientas para soportar el estrés laboral sin tener que pedir una baja, lo que podría poner en peligro su puesto de trabajo. La reforma laboral facilita al empresario despedir al trabajador con faltas de asistencia que, aunque sean justificadas, alcancen el 20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos, o el 25% en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de doce meses. Suponiendo que la media de días hábiles al mes está entre 20 y 22, nueve serían suficientes para acabar en la calle. El miedo a coger una baja ha reducido el absentismo laboral pero esta realidad oculta otra más preocupante y que, según los expertos, ocasionará más gastos en el futuro. «Una patología no tratada se complica y con el tiempo resulta más cara. Los trabajadores aguantan y no cogen bajas por temor a que les echen».

A la consulta de la UGT acuden, sobre todo, personal sanitario y de educación. «Son profesionales que, tras años de recortes, no son capaces de abordar la atención a los usuarios», asegura Alfonso Rodríguez Fernández, psicólogo clínico responsable del gabinete de UGT para trabajadores públicos y psicólogo clínico en José Aguado. La idea común es menos personal, menos recursos y más carga de trabajo.

Al gabinete psicológico llegan profesionales que trabajan en la atención directa al usuario como celadores, auxiliares y enfermeras. El ambiente de trabajo generado con años de recortes y la mala organización con roles laborales no definidos provocan conflictos en las empresas.

«El médico es más reacio a buscar ayuda psicológica», asegura Rodríguez. La dificultad de los facultativos para pedir ayuda psicológica hace sospechar a los psicólogos de la existencia de una bolsa importante de personal ‘quemado’ que oculta su situación.

Las enfermedades mentales derivadas de las condiciones laborales no están reconocidas en España, que se recogen como contingencias comunes.

El estrés, la ansiedad y los trastornos adaptativos cursan con patologías relacionadas con la ansiedad y la depresión. «La crisis ya no se ve de manera alarmante. Los empleados públicos tienen estabilidad laboral aunque eso no funciona para el personal interino, que son la mayoría». La seguridad económica no minoriza los efectos ya que los funcionarios son el soporte económico de las familias extensas. «No les afecta directamente pero tienen que ayudar a sus hijos y otros miembros de la estructura familiar».

El número de personas afectadas por el síndrome del trabajador ‘quemado’ ha crecido en España un 6,1% por las enfermedades provocadas en el ámbito laboral con el acoso, el estrés y, por igual, la poca o mucha carga de trabajo. «Hay trabajadores que acumulan mucho trabajo porque se niegan a delegar por temor a perder competencias, lo que hace que acumule tareas que les desbordan con el tiempo. Eso ocasiona estrés y ansiedad». Lo mismo ocurre en el caso contrario. Otra manera de ‘quemar’ al trabajador es despojarle de trabajo. «La competencia laboral lleva a estas situaciones en las empresas».

El sector de la educación es el que más sufre el síndrome. «Clases saturadas de alumnos desbordan la capacidad del docente que repite constantemente ‘no puedo con todo’». La sobrecarga genera conflictos entre los compañeros. «En las relaciones con los compañeros se llega al acoso», explica una funcionaria que quiere guardar el anonimato. «Hay pocos recursos para hacer el trabajo y tampoco se sustituyen a los compañeros que están de baja o vacaciones. La gente tiene miedo de hablar e incluso hay amenazas de los superiores». Las medidas de prevención y la concienciación de los riesgos psicosociales son escasas. «Hay un aumento importante de adicciones al alcohol y la cocaína, sobre todo en personas mayores de 40 años». La edad es otro factor de riesgo. La población laboral de la administración no baja de los 45 años. UGT instan a los trabajadores a comunicar su situación laboral.

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