Los sindicatos denuncian la maniobra de deslocalización que realiza Everest
La dirección suspende la reunión con distribución y la editorial por los piquetes.
Los trabajadores de la Hullera Vasco Leonesa y de editorial Everest se concentraron ayer ante la Subdelegación del Gobierno.
La intención de los actuales directivos de Everest pasa por «dejar morir» parte de la histórica editorial en León, para deslocalizar la producción y llevarla a otros países donde la mano de obra es más barata; o bien subcontratar parte de la producción para abaratar costes y obtener mayores beneficios. Son las hipótesis que barajan los sindicatos después de que la empresa anunciara el concurso de acreedores para los talleres del grupo y el despido de sus 80 trabajadores el pasado martes. Ayer estaban convocados los comités de empresa de las otras dos empresas del grupo, de distribución y editorial; pero la dirección suspendió el encuentro alegando la actividad de los piquetes, que desde primera hora vigilaban la entrada de los trabajadores que desde ayer ya no están afectados por el expediente de regulación de empleo.
La «estrategia empresarial» fue denunciada ayer por el secretario general de UGT en León, Manuel Mallo, quien reconoció que «hoy es la economía la que decide la voluntad de las empresas, en la que sólo prima la generación de riqueza sin tener en cuenta los factores sociales y de beneficico para la zona donde están ubicadas».
Mallo denunció también que el recurso cada vez más utilizado de subcontratar servicios sólo lleva a la reducción de salarios y la pérdida de condiciones laborales, además de que «hacen más difícil controlar fiscalmente a las empresas, gracias a la ingeniería contable».
El responsable de UGT destacó también la «falta de voluntad» suficiente por parte de la Junta de Castilla y León, aunque matizó que «es neceesrio valorar si la empresa no ha sido clara. Y es verdad que ha actuado siempre con opacidad, y que no se puede poner el dinero público en manos de cualquiera», destacó.
Por su parte el secretario general de CC OO en León, Ignacio Fernández, defendió («aunque no sea una postura popualr») que «las empresas son seres vivos, nacen, crecen y también mueren. Pero los seres vivos aportan algo al resto, y las empresas tienen una responsabilidad social que va más allá de tomar medidas medioambientales. Tienen una responsabilidad con los lugares donde se han instalado, y en los que han ganado millones de euros».
Fernández advirtió de que «cuando a una empresa le toca morir no puede desaparecer sin más, y dejar detrás un desierto». Respecto a Everest, insistió en que «probablemente a una parte de la empresa le ha llegado la hora de desaparecer, pero antes tiene que pagar a sus trabajadores, y luego ver cómo deja una provincia de la que sus propietarios se han aprovechado y donde han ganado mucho dinero».
Dividir a los trabajadores
Por su parte el presidente del comité de empresa del Grupo Everest, Enrique Reguero, criticó que la intención de la dirección de la empresa es «dividir a los trabajadores, y convencerles de que empiecen a trabajar la próxima semana», aunque sólo se haya definido el futuro de una de las sociedades del grupo.
Reguero adelantó que «primero llega el desmantelamiento del taller, y luego seguirán el resto de las empresas. En las otras seguramente no desaparecerá el cien por cien de la plantilla, pero sí afectará a un porcentaje alto de trabajaores».
En este sentido, adelantó que el futuro del resto del grupo «dependerá de que aparezca un comprador, y de cuáles sean sus intenciones».
También destacó que «en este momento la familia López Varela queda al margen de Evergráficas, que está ya en manos de los administradores concursales». Y en cualquier caso reiteró que los trabajadores están hartos de estrategias empresariales y de no cobrar.