El Ayuntamiento citará a los colectivos afectados para consensuar la obra del Grano
Urbanismo anuncia que en otoño se acometerán los primeros trabajos para atajar el deterioro que sufre la histórica plaza.
La falta de mantenimiento e intervención hacen que el deterioro de la plaza del Grano haya aumentado.
Escarmentada en cabeza ajena por el desbarajuste del mandato anterior, la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento ha decidido retomar el proyecto de rehabilitación de la plaza del Grano por los cimientos. Una base que se asienta en la invitación que cursarán en las próximas semanas para que, a lo largo del verano, se cierre una reunión en la que se den cita todos los colectivos implicados —vecinos, comerciantes, hosteleros y grupos ecologistas y de defensa del patrimonio— para «consensuar cómo» se lleva adelante, según avanza la concejala responsable, Ana Franco. Pero, pese a este diálogo para «analizar los pros y los contras, las ventajas y los inconvenientes de cada una de las partes», la intención firme es que «no más tarde del otoño» haya una «primera intervención de urgencia» que ayude a paliar el deterioro agravado por el abandono en el que se encuentra el histórico enclave de la capital leonesa.
El consenso entre los diferentes colectivos que se enfrentaron en el pasado mandato se busca a partir de la puesta encima de la mesa del proyecto con el que el arquitecto Ramón Cañas Aparicio ganó el concurso de ideas hace cuatro años, cuando el Ayuntamiento desembolsó 10.000 euros: 6.000 euros para el ganador y 4.000 para el resto de participantes. Los planos fijarán el punto de partida con el que «concertar el planteamiento conservacionista de la esencia del lugar», concede Franco, quien incide en que de todos modos se hará desde «el estricto cumplimiento de las normas actuales y mejoras para su disfrute colectivo».
El cumplimiento al que alude la concejala depende sobre todo de la realización de las catas arqueológicas que marcó la Comisión de Patrimonio como preceptivas hace un año para poder ejecutar el proyecto. Entonces, Urbanismo, que se había autobloqueado por la petición de la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) antes de contar con la licencia, argumentó que la inclusión de estas catas en el presupuesto hacía que hubiese que volver a sacar a concurso la obra que había adjudicado en 2013, antes de solicitar el permiso a Patrimonio, por un importe de 60.000. Un planteamiento que se repensará ahora para intentar que los trabajos de la primera intervención se abaraten por medio del encargo a las brigadas municipales.
Pese a que todo está abierto, Franco recalca que hay que «decidir la mejor forma de acometer con urgencia las necesarias obras de rehabilitación y de adecuación para su uso por parte de personas con problemas de movilidad», con el objetivo de «garantizar el acceso universal al monumento». Una intervención que empezará por atajar la proliferación de calvas surgidas por la pérdida de cantos rodados y la solución a la abundancia de pegotes de hormigón en las acometidas de servicios.