Diario de León

OBITUARIO

La iglesia del Mercado estará toda la noche abierta para velar a don Enrique

El funeral del párroco será mañana a las 4.30 de la tarde en la iglesia del Mercado, oficiado por el obispo de León, y luego su cuerpo será enterrado en Valderas

Enrique García Centeno, párroco de la iglesia del Mercado, comprando en la tienda de Irene. DL

Enrique García Centeno, párroco de la iglesia del Mercado, comprando en la tienda de Irene. DL

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SUSANA VERGARA PEDREIRA | REDACCIÓN
León

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La iglesia del Mercado permanecerá abierta al público toda la noche para velar a don Enrique, el párroco del Mercado. Un hecho insólito que deja patente el carisma de este hombre de corazón inmenso y malas pulgas, fumador empedernido y entregado a su parroquia que se ganó el don en el barrio. El funeral, que será concelebrado por el menos ocho sacerdotes y cuya ceremonia litúrgica será presidida por el obispo de León, Julián López, se celebrará mañana a las 4.30 de la tarde en la parroquia. El entierro será en Valderas, localidad de origen del párroco.

Enrique García Centeno, don Enrique, como era conocido, falleció en su domicilio, frente a la iglesia del Mercado, de la que ha sido párroco desde 1961. Murió durmiendo. Su cadáver fue descubierto por las personas que le ayudaban en casa desde hace años. La alerta la dio su asistenta, al comprobar que no se había levantado. Al domicilio acudieron de inmediato las personas más próximas a él, entre ellos los hermanos Alberto y José Manuel Flores García 'el Pana' y Manuel Santos Flaker Labanda, rector del Seminario Diocesano Misionero de León.

El corazón le dio un aviso hace algunos meses, cuando fue ingresado en el Hospital de León.

Enrique García Centeno cumpliría mañana 82 años. El domingo, en el bar El Tintero del Poeta, en el barrio del Mercado, el suyo, prometió celebrarlo con los vecinos. No ha podido. En cambio, el Mercado se ha volcado en sus funerales. La capilla ardiente, instalada en la iglesia que ha dirigido durante 56 años, estaba a primera hora de la tarde llena ya de flores.

El cuerpo de don Enrique será velado toda la noche por sus familiares, sus hermanos Socorro y Santos y sus sobrinos Marta, Santos, Cristina y Enrique, además de por braceros de la Virgen, la agrupación de mozos nacidos y bautizados en el Mercado que pujan todos los Viernes de Dolores la la talla que se custodia en la emblemática iglesia de la ciudad. Una representación de los braceros ocuparán un lugar prioritario en el funeral. La corona de flores de la Agrupación de Braceros de la Virgen de Mercado preside la capilla ardiente. También estarán presentes en el velatorio y en el funeral los Kikos, una agrupación católica a la que don Enrique ha dado cabida en la iglesia.

El velatorio ha quedado instalado en un lateral de la iglesia, según un protocolo autorizado por el obispo. Frente al féretro, un guión de los braceros de la Virgen. A la izquierda, el de la cofradía de Angustias y Soledad, de la que era consiliario, y a la derecha el del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, a la que siempre estuvo vinculado.

Si se cumple el protocolo, su féretro será llevado por su hermano y sus sobrinos, representantes de los braceros de la Virgen del Mercado, de las cofradías de Angustias, Dulce Nombre y Minerva, de los seguidores de Kiko Argüello, sacerdotes de la diócesis y de Enrique, el sacristán de la parroquia, que ha ejercido de 'fiel escudero' de don Enrique desde hace varias décadas.

Con la muerte de García Centeno, el barrio del Mercado pierde mucho más que a su párroco. Con él se va una referencia en la ciudad. Se le echará de menos en la calle y, también, en los bares, pues era hombre sociable y emocional pese a su coraza, eso que en León llaman 'raspa', que utilizaba para protegerse. Era difícil llevarle la contraria a don Enrique y que no te echara uno de sus famosos bufidos. Y era igualmente difícil que no te mirara con ternura y se compadeciera del sufrimiento de la gente más desfavorecida del barrio. Si él estuviera hoy aquí, diría: “Y tú qué te sabrás”. Con el pitillo en los labios.

La iglesia del Mercado, preparada para velar durante toda la noche a don Enrique, su párroco. DL

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