Reclaman el amparo de la Unesco para dar una segunda vida a la rampa de Pajares

l. u. | león

La rampa ferroviaria de Pajares, la mayor intervención de ingeniería del siglo XIX, nace hoy a la segunda vida que tratan de procurarle las iniciativas de una asociación constituida para evitar que la estructura caiga en el abandono.

La plataforma para la preservación del Puerto Ferroviario de Pajares va a lanzar desde esta tarde, durante un acto organizado en Gijón, en la sede del Museo del Ferrocarril de esta ciudad, una batería de propuestas dirigidas a preservar la traza ferroviaria que hace más de 130 años hizo cuña contra el aislamiento endémico en las comunicaciones entre Asturias y León.

Las más relevantes se clasifican por solicitar la declaración de Bien de Interés Cultural el camino de hierro que se levantó en un desafío a las posibilidades de desarrollo conocidas en aquella época; la declaración de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco de la traza ferroviaria que se lanzó por la Cordillera entre León y Asturias; y la inclusión de la vía en el Inventario de la Fundación World Monument Watch. Se trata de un tablero de un valor incuestionable por sus referentes históricos y su aportación al desarrollo industrial que sucedió sobre las mismas traviesas, la misma senda, que ha prestado servicio al tránsito de los trenes a caballo de las montañas asturleonesas.

«Los trenes circulan sobre la misma estructura que se inauguró en 1884, al margen de algunas mejoras que se hayan incluido de forma puntual para mejorar la eficiencia o aumentar su capacidad para el transporte», resalta Francisco Valle, el ingeniero industrial que es portavoz de la plataforma que hoy va a exponer en sociedad la hoja de ruta sobre la que ha diseñado el rescate de la rampa del Pajares. Porque el empuje de la asociación de promoción ferroviaria tiene como objetivo evitar el desmantelamiento del viejo Pajares «al día siguiente de entrar en funcionamiento la variante que ahora se construye», explica Valle. Rescate del olvido con una nueva función en ese tramo que dejará de prestar servicio, entre Puente los Fierros, en las laderas de la vertiente norte del puerto, y Busdongo, cabecera del enlace en la ladera leonesa, donde está previsto que claudique el ferrocarril convencional cuando el AVE transite bajo la cordillera.

Hay modelos que inspiran la función de redimir del olvido a la Rampa, según la idea que ha trascendido del proyecto de la plataforma, que aglutina diversos colectivos que se han distinguido por el respeto al patrimonio ferroviario; entre ellos la leonesa Sociedad de Amigos del Ferrocarril. Espejo en el que proyectar el propósito de que la rampa no fenezca una vez que se prescinda de la explotación ferroviaria y se desafecte su uso, es la línea austríaca de Semmering, entre otras en centro Europa o en las áreas alpinas, declarada Patrimonio de la Humanidad, y que presenta una características técnicas y de entorno y contenido similares a la traza asturleonesa.

Se busca una puesta en valor más allá de que el amparo de la Unesco llegue a evitar el desmantelamiento. Como recurso turístico, en un entorno incomparable, por su aportación al patrimonio industrial que acarreó sobre sus raíles y las estructuras arquitectónicas que jalonan decenas de túneles a lo largo de 42 kilómetros y un desnivel de setecientos metros.

La presentación en sociedad de la apuesta por la Rampa del Pajares se realizará sobre una evocación de lo que resolvió esta intervención, su proyección técnica y sentimental para generaciones de asturianos y leoneses que cruzaron por ese paso hacia un nuevo proyecto de vida; Guillermo Bas, ingeniero industrial y ferroviario, repasará la historia de la línea desde la perspectiva cultural, económica y social; Eduardo Tocino, representantes de la plataforma para León, hará un repaso a las características físicas y técnicas; se proyectará un audiovisual sobre la traza, y otro, de Héctor Torre, sobre el estado actual de ese paso. Así, en el Museo del Ferrocarril de Gijón, se da el paso hacia la segunda vida de la rampa.