Diario de León

El Obispado alquila el edificio Sopeña tras su rehabilitación integral

La recuperación del edificio, de estilo neogótico y ubicado en la calle Dámaso Merino, ha costado 700.000 euros y casi dos años de trabajos.

Excepcional vista de la ciudad  desde la terraza del edificio, con la Catedral al fondo. Sobre estas líneas, una vidriera que se restaurará tras ser retirada la ventana y un detalle de una de las columnas de hierro que se reparten por el interior del edif

Excepcional vista de la ciudad desde la terraza del edificio, con la Catedral al fondo. Sobre estas líneas, una vidriera que se restaurará tras ser retirada la ventana y un detalle de una de las columnas de hierro que se reparten por el interior del edif

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A. Calvo | León

En la calle Dámaso Merino se esconde el edificio neogótico del arquitecto Manuel de Cárdenas. Construido a principios del siglo XX, fue sede de la Fundación Obra Social y Cultural Sopeña —que lo ocupó durante un siglo— y es popularmente conocido por los leoneses como el edificio Oscus. Propiedad del Obispado de León desde el año 2004, tras una intensa reforma que se ha alargado durante casi dos años y una inversión que ronda los 700.000 euros, la próxima semana colgará el cartel de «se alquila» en su reluciente fachada marcada por sus ventanas de arco apuntado. El vicario episcopal de Asuntos Económicos y Sociales, Pedro Puente, y el deán de la Catedral de León, Antonio Trobajo, explican que aún no han fijado la cantidad por la que el inmueble, que podrá alquilarse al completo o por plantas, podrá ser arrendado y que desde el Obispado tampoco condicionan su futuro uso.

Estructurado en cuatro plantas, además de un sótano, el edificio cuenta con una joya, su terraza, ya que ofrece una visión única de la Catedral, dejando el rosetón a la altura de los ojos. Todo el edificio ya ha sido reformado y a falta de pequeños remates y la instalación del ascensor, el Obispado recibirá las llaves la próxima semana.

Por orden municipal

La Inspección Técnica de Edificios que afecta a todos los inmuebles de más de 40 años de la ciudad, exigía al Obispado actuar en la fachada interior y exterior, la cubierta, la carpintería y el refuerzo estructural del inmueble. Bajo estas premisas, se apostó por «poner en valor» el edificio Oscus y dar luz a su estructura y elementos originales.

El intenso ladrillo de principios de siglos XX, marcado por un color más rojizo que el actual y con algunas de sus piezas aún más oscuras, casi tirando a negro, ha sido limpiado con arena y a presión en todas las plantas. No hay paredes blancas, el ladrillo envuelve todo el edificio salpicado por columnas de hierro que hacen las veces de pilares repartidos por las todos los niveles. En algunas de ellas puede verse Miaja León 1906 o el nombre de otra fundición ovetense.

El sótano ha salido a la luz con la recuperación del edificio. Ahora, un espacio iluminado por las ventanas a ras del suelo de la calle Dámaso Merino y salpicado por las arcadas que sujetan todo el inmueble. Los responsables del Obispado de León explican que este espacio nunca se había usado y ahora, con supuesta en alquiler, puede tener una buena oportunidad.

El ascensor, aún pendiente de colocar, dará acceso a todas las plantas, aunque para acceder al terraza será preciso subir unos pocos peldaños para encontrarse con una nueva vista de la ciudad. Además de la impresionante visión de la Catedral, San Marcelo, San Isidoro y gran parte del barrio de Santa Marina se muestran acompañados de tejados, del solar de los Principia y algunos de los edificios más singulares de la ciudad.

La rehabilitación, llevada a cabo por los arquitectos Delia Fernández y Marcelino Alonso, «ha cuidado todos los detalles», destacan Puente y Trobajo, en relación a que se ha respetado el tejado original o los pomos de las ventanas. La actuación también ha procurado pulir los techos abovedados que se despliegan en las tres primeras plantas y las vigas de madera del último piso. Todas las plantas están comunicadas por un lucernario, aunque de momento, hasta que no se sepa si el alquiler es completo o no, se dejará pendiente con la posibilidad de cerrarlo si fuera necesario.

Las plantas diáfanas ofrecen múltiples posibilidades y así quedarán, pendientes de las necesidades de su futuro uso. En el pequeño vestíbulo, tras pasar la característica puerta que da acceso al edificio, nace la escalera de mármol blanco a la que aún le falta por rematar la barandilla y desde donde también se accede a un pequeño patio compartido con la cervecería ubicada en la calle Sierra Pambley.

Al Obispado de León ya han llamado a la puerta para mostrar el interés para alquilar el edificio de la obra social Sopeña, al igual que las inmobiliarias, interesadas en gestionar el arrendamiento. «De momento, nadie lo ha visto y la única contestación que siempre hemos dado es que se alquilará», concreta Puente, quien destaca «la excepcional ubicación, su solidez y su estructura». Cualquier opción, eso sí, deberá ser aprobada por los consejos económicos y episcopal, que tienen la última palabra sobre el futuro uso del inmueble.

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