Diario de León

LEÓN ■ TRIBUNALES

Sancionada con 500 euros la secretaria judicial que omitió las denuncias de maltrato de Sara Calleja

La letrada de la administración de Justicia consideró que el caso «no era urgente»

Sara Calleja, junto al que era su compañero sentimental. DL

Sara Calleja, junto al que era su compañero sentimental. DL

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El Ministerio de Justicia ha sancionado a la exletrada de la Administración de Justicia del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Ibiza, Francisca Martínez, por la tramitación de la causa relativa a Sara Calleja, la leonesa que en julio de 2015 se quitó la vida en Ibiza «inducida», según la Policía Nacional, por su maltratador.

Según Diario de Ibiza, a Martínez se le ha impuesto una multa de 500 euros por haber cometido una «falta grave» por «negligencia o retraso injustificado en el cumplimiento de las funciones inherentes al puesto de trabajo o funciones encomendadas».

La citada cuantía ya ha sido pagada por la letrada de la Administración de Justicia y el expediente disciplinario abierto contra ella se encuentra, por tanto, «archivado y ejecutado». La sanción impuesta es tan solo económica y no lleva aparejada suspensión alguna.

Cuando murió Sara Calleja, se descubrió que las dos denuncias que había presentado en la comisaría de Ibiza contra su presunto acosador habían llegado al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Ibiza pero no se habían tramitado. «No tenían ni número», apuntaron entonces fuentes conocedoras de lo sucedido, que aseguraron que estaban «en secretaría», en el despacho de la entonces secretaria Francisca Martínez.

Esto sucedió en unos meses de «tensiones y disfunciones» vividas en esta instancia judicial –que llegó a tener a cuatro de los siete funcionarios de baja– y denuncias de sobrecarga de trabajo de unos respecto a otros en una oficina cuya responsable era Martínez.

La ex secretaria judicial –figura ahora denominada letrada de la Administración de Justicia– explicó que algunas causas que estaban tramitando esos funcionarios se guardaron en de su «armario de seguridad» mientras se comprobaban, si bien negó que hubiera expedientes que estuvieran «parados».

«Los expedientes se recogieron para estudiarlos, para minutarlos, para comprobar lo que había pendiente; en fin, para trabajar. Unos se enviaron según los trámites a Fiscalía, otros se quedaron en el despacho, otros se asignaron a los funcionarios que estaban presentes, según la prioridad o el contenido del trámite», indicó Martínez, quien no recordaba qué sucedió en concreto con las denuncias de Sara Calleja.

«Como estábamos sólo con tres funcionarios y sin juez [también de baja], atendíamos los asuntos urgentes y esto no vino como urgente».

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