Diario de León

Y van quince…

A la decimoquinta… volvió a ser. la vencida, levantose de nuevo el telón. semanasantero de Hijo de Lesmes García.

‘La Iluminada Compañía’, con el nutrido grupo de asistentes a la decimoquinta ‘Levantá’ en la calle Ancha. MANUEL RAMOS

‘La Iluminada Compañía’, con el nutrido grupo de asistentes a la decimoquinta ‘Levantá’ en la calle Ancha. MANUEL RAMOS

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J. R. S. | LEÓN

El ‘Martes de Vitrina’ lanzó un requiebro de letras y pregones, de la mano de «una niña pizpireta que se presenta en sociedad esta tarde que es recuerdo…» (Sánchez-Cadenas, paponius apodatus, del XVII datatus).

¡Asómense a este balcón! Animando los personajes, variopintos todos, desde una vitrina que, desde el esfuerzo y con gran mimo, Juanín Lesmes pone cada año a la calle Ancha en pie de procesión.

Anunciando presto, que la «Semana de Diez Días» está a punto de marcar el primer ‘golpe de aro’… en tambores y ‘conciencias semasanteras’, con rosquillas y mistelas, que de eso se encargan, no menos prestos, la Hna. Mistelensis y el Hno. Rosquillensis, cumpliendo con un rito anunciado… y pregonado.

Donde la pasión tiene fecha fija —‘Martes de Vitrina… miércoles de platos rotos’—, al amparo de La Pulchra y con la salida de La Morenica apunto de anunciar a León que lo mejor está por llegar.

Telón al cielo, admirándose todos, lugareños y foráneos, de la anual aparición de la «Iluminada Compañía» (elenco estable y primigenio, el resto del año durmiendo en la trastienda) que… «en este dieciocho ya han pasado quince inviernos, quince romances escuetos, quince lunas de Nisán que, asomándose a los cielos, escucha Sánchez-Cadenas con los ojos siempre abiertos».

Y no sólo el ilustre poeta que alumbra emociones, también cuantos aguantan, a pie firme algunas de las inclemencias y muchas de las admiraciones, devenidas en teatralizados esfuerzos de Juan Lesmes que, «siempre con mimo, nos presenta un gran elenco de papones, de manolas, de monaguillos, de estrenos... y churrines con mistela».

Y así un año y otro más, hasta quince bien cumplidos, a esquilazo limpio en llamada a levantá, de emoción en blanco y negro, o en vibrantes colorines, de bambalinas y tramoyas, de paones siempre inquietos.

Con la venia y la benevolencia de los presentes todos, la «Iluminada Compañía» manifiesta que, si nada de lo humano la es ajeno, tampoco la pericia del celebériimo —y celebrado— escaparate del mundo semanasantero, a la vera de La Pulchra y al amparo de la Ancha, donde cada año por estas calendas casi primaverales, cada cual interpreta a su libre albedrío, con su mejor saber y entender, con el alma en un puño y el sentimiento a flor de piel... de capa y postinero chambergo.

Y que viva el paponeo…

¡Acérquense, leoneses!

¡Arímense, forasteros!

¡Otro Martes de Vitrina

el telón está cayendo!

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