León saca a relucir su vocación de servicio a España

La formación de C-101 de la patrulla Águila quebró el cielo y el silencio que, al toque de oración, recuerda a los caídos; y el bullicio regresó a la plaza de San Marcos, tan ceremoniosa, tan marcial, con su aire castrense de tiros largos que viste cada junio para honrar como hijos adoptivos a los alumnos de la academia Básica del Aire; ayer, a la vigésimo octava promoción. León y el ejército del aire mantienen un trato filial y fraternal que se acentúa en el último cuarto de siglo, por el protagonismo de la institución docente, que echó raíces en esta tierra y divulga sus frutos. A ese vínculo íntimo se refirió el coronel José Antonio Gutiérrez Sevilla, director de la academia, que correspondió en una intervención emotiva a la generosidad de la ciudad, del Ayuntamiento de León, por adoptar como hijos a los 227 alumnos que este año se gradúan como suboficiales. Por vez primera, el título de hijos adoptados de León se extiende también al staff de profesores de la academia. «Apreciamos por encima de todo el especial valor que posee este reconocimiento generoso de los leoneses, a nuestra vocación de servicio a España desde León y el profundo arraigo que nos vincula con esta tierra y sus gentes», pronunció el coronel ante la amplia concurrencia que convocó el acto. «Sin León no hubiera academia Básica del Aire», agrandó. El director de la institución militar amplió sus palabras de reconocimiento a las decenas de leoneses que encumbraron la solemnidad de la jornada con el juramento de fidelidad a la bandera «que es símbolo de unidad y valor común de la sociedad española». «Su juramento de fidelidad a la bandera es expresión cívica, pública e individual de lealtad a España y a los españoles; que pone en su auténtico valor lo que establece la Constitución, que la defensa de España no es patrimonio exclusivo de las fuerzas armadas». El alcalde de León, Antonio Silván, fue directo a los asuntos emocionales que justifican este encuentro, de civiles leoneses y militares del ejército del aire: «Es una tradición entrañable y señera de la ciudad de León; por sus alumnos, que van a experimentar un proceso de simbiosis que dará lugar a una vinculación basada en un afecto con León que permanecerá para siempre; pasarán a formar parte de la vida de la ciudad, a vivir como un leonés, a pensar como un leonés, a sentir y a hablar como un leonés».

La parada militar deja referencias suntuosas para exaltar la cita en la agenda protocolaria de la ciudad en los meses de junio: el himno del ejército del aire, a capella, por el alumnado de la academia; el himno a León, por la banda de música de la academia, que resuena excelso al topar con el ornamento de San Marcos; el desfile de los alumnos de la ABA Condesa abajo, alumbrados por la enseña del león rampante.