Instituciones Penitenciarias comunica a El Solitario que lo traslada a Villahierro
La medida se ejecutará esta semana y pretende evitar que se haga fuerte en una sola cárcel.
miguel ángel zamora | león
Jaime Giménez Arbe, ‘El Solitario’ ingresará en el Centro Penitenciario Provincial de Villahierro por decisión de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que pretende evitar que uno de los reclusos más famosos del país se haga fuerte en una prisión concreta si pasa mucho tiempo en ella, circunstancia por la cual, periódicamente se lleva a cabo su traslado. El Solitario se encontraba cumpliendo su pena en Teixeiro (A Coruña), donde coincidió con Julio López, condenado como cerebro de la trama que acabó con la vida de Roberto Larralde.
El Solitario, autor de 36 atacos en un periodo de trece años, en los que acabó con la vida de dos agentes de la Guardia Civil, acumula cuatro condenas. La última es de 20 años y medio de prisión impuestos por el Tribunal Supremo por el atraco de una entidad bancaria en Vall d’Uxó (Castellón). Por el asesinato de dos guardias civiles en Navarra, se le impusieron 47 años de prisión: y en los otros dos casos, el Supremo sentenció a Giménez Arbe a 13 años por robo, lesiones y tenencia ilícita de armas, y cinco años y tres meses por robo y falsedad documental. Tiene 62 años de edad en la actualidad, está divorciado y tiene dos hijos.
Su primer golpe tuvo lugar el 2 de mayo de 1994 en el Banco Exterior de España en Viveiro (Lugo), donde se apoderó de 5.600.000 pesetas y se llevó consigo el carné de identidad de un empleado. Durante el atraco, pegó un tiró intimidatorio, recogió el casquillo y gritó a los atemorizados empleados: «Ya os dirá la policía de qué calibre es». Giménez Arbe, asegura que escribirá un segundo libro contando sus vivencias cuando consiga la libertad. En el primero, dedica muchas páginas a narrar la pléyade de amantes que cayeron rendidas entre sus brazos: desde la frutal Margarita, una adolescente «rubia y guapa que vivía en la calle Virgen del Castañar» de Madrid, hasta la carnal Iris Roberta Martins, la brasileña a la que enamoró a través de un chat de Internet. Fue su última conquista antes de ser capturado, en julio de 2007, cuando iba a dar un nuevo golpe en Figueira da Foz (Portugal), que ilustra la fotografía de esta información.
En 1996 compró una metralleta M-3, modelo A-1, del calibre 45ACP, «con la que ocho años más tarde Paul Cortichiato mataría a los guardias civiles en la localidad navarra de Castejón», según asegura El Solitario. Se refiere al asesinato de los agentes Juan Antonio Palmero y José Antonio Vidal, por los que él mismo está condenado por la Audiencia de Pamplona a 47 años de prisión al considerarle autor del doble crimen. Por eso, una vez más arremete contra los jueces que no creyeron su versión de que éste fue obra del tal Cortichiato. Hasta el punto de que jamás se ha hecho ninguna investigación para aclarar si se trata del mismo Cortichiato que el 19 de mayo de 2006 murió acribillado a tiros.
El Solitario considera que las claves de su éxito en su particular guerra contra el Estado son el minucioso estudio del terreno y la situación del banco a asaltar, la preparación de las rutas de escape a través de caminos recónditos, saber elegir la hora más idónea para el robo («la hora próxima al cierre es la mejor») y actuar disfrazado con barba, peluca y chaleco antibalas... Y, además de eso, asegura que le favorece la tradicional rivalidad entre la Guardia Civil y la policía: «Los cuerpos policiales tienen la costumbre de no colaborar entre ellos».
La elección de Villahierro obedece a la tradición de prisión tranquila para los internos más mediáticos. En las inmediaciones de Mansilla de las Mulas siguen internos Juan Carlos Aguilar, el falso monje Shaolín de Bilbao, David Oubel Renedo, el parricida de Moraña, Raquel Gago, la cómplice del asesinato de Isabel Carrasco y los etarras Juan Carlos Subijana y Olga Comes, entre otros.
