Diario de León

Más de 4.500 trabajadores salieron de un Erte durante el mes de mayo

La reactivación de la economía deja a 18.150 personas afectas por un expediente de fuerza mayor

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León

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La reactivación de la economía tras pasar a la fase 1 redujo notablemente la cifra de personas afectadas por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo en la provincia. De hecho, en el mes de mayo, las empresas rescataron a 4.689 personas, aunque todavía hay 18.150 trabajadores en Erte, según los datos ofrecidos ayer por el Gobierno, donde también se añaden unos 1.500 empleados inmersos en un expediente por causas económicas o productivas.

El Gobierno toma estos datos «con cierta esperanza», manifiesta que hay «razones para el optimismo» de cara a lo que queda de año por la «rapidez de la recuperación» y muestra su «confianza» en que en las próximas semanas se produzca incluso una «aceleración en la vuelta a la actividad», tal y como apuntó el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo, en rueda de prensa. «La destrucción de empleo derivada de la pandemia, que ha golpeado de manera insistente a todo nuestro tejido productivo, se está ralentizando», aseguró el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, quien explicó que esto se debe a dos factores: los Erte, que «han conseguido parar el golpe y proteger el empleo en circunstancias muy difíciles», y la política de prestaciones, «que ha hecho que la demanda no se haya desplomado». Pese a esta significativa mejoría respecto a los dos meses previos, el golpe de la Covid-19 al mercado laboral es aún muy fuerte: desde el pasado 12 de marzo la Seguridad Social ha perdido más de 760.000 afiliados, el número de parados se ha incrementado en más de 600.000 y tres millones de trabajadores están aún afectados por un Erte, ya sea total o parcial, en su gran mayoría por fuerza mayor (más de 2,6 millones). Y eso que desde finales de abril 457.909 personas salieron de uno de esos expedientes de fuerza mayor y volvieron a la actividad.

Peores son aún los datos en términos anuales: el sistema perdió 885.985 ocupados en los últimos doce meses, por lo que la caída interanual del empleo se agudiza y supera el 4,5%, lo que contrasta con el crecimiento cercano al 3% que se experimentaba apenas un año atrás o ese entorno del 2% de febrero. Es decir, en apenas tres meses la Seguridad Social retrocede tres años y se sitúa en niveles de 2017.

De igual manera, si se analiza el empleo en términos desestacionalizados, es decir, sin tener en cuenta las oscilaciones propias del calendario en un país muy dependiente de actividades como el turismo, se pierden afiliados: concretamente 71.000 en un mes como mayo, que habitualmente crea muchos puestos de trabajo ya que los negocios comienzan a prepararse para la llegada del verano.

Sin embargo, la mejoría del mercado laboral ha permitido que la Seguridad Social recupere la cuota de los 18,5 millones de afiliados e incluso que se acerque a los 18,6 millones al situarse a 31 de mayo en los 18.556.129 ocupados. Esto representa un aumento de 97.462 cotizantes respecto a la media de abril, lo que supone un tímido avance del 0,53%, el menor desde 2012. Se trata, no obstante, del primer aumento intermensual desde el inicio de la pandemia, ya que en marzo se registró un retroceso medio de 238.801 personas afiliadas y en abril de 548.093. Y lo mismo sucede con el paro registrado. Actualmente hay un 25% más de desempleados, casi 800.000 personas más que un año atrás, el mayor incremento desde 2009, con lo que la cifra total sobrepasa los 3,85 millones, la más alta desde mayo de 2016.

Tanto patronal como sindicatos temen que si no se mantienen las ayudas y se ponen en marcha planes sectoriales las cifras van a experimentar una escalada exponencial cuando pase el verano. Muchos de esos expedientes de regulación temporal de empleo pueden convertirse en Ertes por causas económicas o, lo que es peor, en despidos masivos.

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