Diario de León

Campaña para incentivar las ventas

Los bonos al consumo inyectan 55.000 euros a comercio y hostelería en los primeros 15 días

De los casi dos millones que se han puesto en circulación, con un 25% de descuento directo, apenas se ha vendido el 2,8%

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León

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Los bonos para incentivar el consumo en el pequeño comercio de León apenas han inyectado liquidez en la caja de estos negocios, a pesar de que suponen un ahorro directo para el cliente y no tienen ningún coste añadido para las empresas.

En las dos primeras semanas, Ayuntamiento y Cámara de Comercio e Industria han vendido 5.500 unidades a diez euros cada una, es decir, 55.000 euros de los casi dos millones que puso en circulación el Consistorio el pasado 1 de julio, según los datos facilitados ayer por la Cámara, que cuenta, en su sede de Padre Isla, con una oficina independiente dedicada en exclusiva a este asunto.

La entidad local asume el 25% de las compras asociadas a la campaña, 13.750 euros, hasta ayer a las 12.00 horas, de los 485.000 euros que comprometió cuando arrancó la campaña. Pone 15.000 más para sufragar los gastos de la plataforma, la cartelería y la gestión. El resto, hasta completar el 1.940.000, saldría de lo usuarios.

A diez euros

La Cámara, que hace de intermediaria, ha vendido 5.500 bonos desde que arrancó la iniciativa

Hay ya 267 establecimientos adheridos, de todos los gremios, incluso de la hostelería, que como el comercio, ha sufrido especialmente las consecuencias del covid.

Destaca la presencia de tiendas de moda, decoración, alimentación o joyería, pero también hay de informática o ludotecas. Se pueden gastar, igualmente, en varios restaurantes de la ciudad.

El procedimiento es sencillo. Cada uno de los 194.000 bonos cuesta 7,5 euros pero tendrá un valor de 10 euros, puesto que los 2,5 restantes los aporta el Ayuntamiento de la capital leonesa. Cada persona podrá canjear un máximo de doce (noventa euros) con su DNI, sin necesidad de estar empadronado en la ciudad.

Descuento del 25%

Pueden adquirirse hasta 120 euros por un coste de 90 para utilizar en tiendas de todo tipo

La adquisición de las papeletas con el descuento directo puede hacerse en la página web de la Cámara de Comercio e Industria (camaraleon. com), que enviará un QR y un código alfanumérico al teléfono del beneficiario, o en las instalaciones de la avenida Padre Isla, número 30, donde se imprimen los bonos para facilitar su uso a las personas poco familiarizadas con las nuevas tecnologías. También los tramitan en las oficinas de Abanca, Sabadell, Ibercaja y Unicaja, entidades colaboradoras.

Para apuntarse basta con ser un comercio o establecimiento de León que tenga diez empleados como máximo, excluyendo los estancos, las gasolineras o los mercadillos.

La campaña permanecerá activa hasta el 31 de octubre, aunque no se descarta ampliarla a las navidades si no se han consumido todos los bonos. Los negocios asociados tienen ya en la puerta una pegatina que les identifica, aunque, por ahora, el consumo sigue estancado y la situación de estas pymes es bastante preocupante, como apuntan los propios empresarios.

Compromiso

El Ayuntamiento dedicará 485.000 euros a financiar las compras y 15.000 más a los gastos de gestión

Las primeras semanas tras el confinamiento, aún con las grandes superficies cerradas, fueron buenas, pero la incertidumbre que rodea a la emergencia sanitaria y el miedo a otro estado de alarma han frenado la recuperación de uno de los sectores con más peso en la economía local.

«Estábamos dando pequeños pasos, lentamente, pero a raíz de las últimas informaciones, tan negativas, la situación ha empeorado», lamenta Alfredo Martínez, responsable del Grupo Adam’s, quien lo achaca a una «crisis de confianza». «Habíamos progresado algo, pero los rebrotes no ayudan. Estos días se están anulando las bodas otra vez, porque los novios no quieren celebrarlas con mascarilla y prefieren posponerlas para el próximo año», revela.

Confía en que los bonos al consumo mejoren la facturación de unas tiendas que «garantizan todas las medidas de seguridad» y que han hecho inversiones importantes para adaptar las instalaciones a la ‘nueva normalidad’. «Estamos encantados con la campaña y ya hemos hecho muchas operaciones, pero es cierto que no han llegado a todo el mundo. Necesitamos que clientes y empresas apoyen la iniciativa, porque, además «supone un ahorro importante», señala Alfredo Martínez. Una situación parecida describe Raúl Alberto Alonso, de Casa Jesús, un comercio tradicional que funciona en la Rúa desde 1955. «Al principio abrí yo solo y tenía a dos trabajadoras en un Erte —ya las ha incorporado—. Los primeros días vendimos bastante, sobre todo ropa interior, porque había una necesidad después de tanto tiempo sin salir a la calle, pero las tornas han cambiado», reconoce.

Acusa la «falta de peregrinos y de turistas» en una zona que depende mucho de los meses de verano. Cree, igualmente, que hay «miedo» entre la población, sobre todo entre la gente mayor, que «no compra como antes, solo van a por lo necesario», explica.

Su negocio de confección y corsetería está adherido a la campaña municipal que canaliza la Cámara de Comercio a pesar de que en un primer momento era reacio. «He visto que es una gran idea porque dinamiza no solo la economía de las pequeñas empresas, también la de las familias, que podrán disponer de algo más de dinero para comprar otras cosas», esgrime Raúl Alberto Alonso, que pone en valor las virtudes del pequeño comercio frente a las grandes superficies. «Aquí ofrecemos proximidad, un trato cercano, seguridad», recuerda, mientras agradece el respaldo que le dan «los clientes de toda la vida» y los vecinos del barrio.

Esa apuesta por la tienda de al lado y por el producto de la zona la nota también Emilio Jambrina, de ‘Jambrina, el adobo de León’, en Alférez Provisional, junto a la plaza de la Inmaculada. «Nos apoyamos mucho en la hostelería, en la clientela fija, que vamos ampliando. La gente se va animando y empieza a disfrutar de las barbacoas», afirma. Espera del mismo modo que los bonos al consumo tengan una incidencia directa en el tejido comercial de León, que «lleguen a todos», aunque lo «veo difícil», asume.

Mientras, Juan Dopico, presidente de Centro León Gótico y propietario de El Serranillo, aplaude también la iniciativa, aunque no la ve suficiente porque la situación de estas empresas «es muy preocupante». «Al principio hubo como más afluencia, era lógico, pero con la llegada del verano la gente se ha ido a los pueblos. He notado mucha falta de confianza; estos rebrotes han vuelto a confinar a la gente mayor», lamenta Dopico, quien agradece la ayuda del Ayuntamiento, que «ya notan algunos comercios», según le han trasladado. Si bien, cree que el procedimiento debería ser «algo más sencillo» porque, al menos en su caso, «si tienes la tienda llena un sábado no puedes estar diez minutos con cada cliente para pasar los bonos», subraya.

En cuanto a la recuperación de la actividad, considera que hasta que no se acabe con la pandemia el consumo permanecerá estancado, como ahora. «Dependerá mucho de cómo se comporte el virus», avisa Dopico, quien recuerda que en estos momentos el pequeño comercio es el «espacio más seguro para comprar», donde es «sencillo evitar las aglomeraciones», aunque solo sea por una cuestión matemática.

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