«En León nos quejamos con razón, pero hace falta preguntarse qué hacemos por cambiar»

Meses de trabajo y un resumen de cien ideas . Es el punto de partida con el que Humildad Rodríguez aborda su primera entrevista como directora de la Agencia de la Mesa por León. En ella, los silencios son palabras. Y el camino que persigue es el que está marcando la Europa del futuro.

—¿Tiene miedo de fallar a esas miles de personas que se echaron a la calle el pasado 16 de febrero y que forzaron la constitución de la Mesa por León?

—Yo me puedo responsabilizar de las cosas que dependen de mí. Me compete trabajar, ver cómo están las cosas, exigir cumplimientos, recibir proyectos y facilitarlos; ese es mi trabajo. Podré defraudar en la medida en que yo no trabaje y no haga lo posible. Pero aquí hay muchas responsabilidades. Yo asumo la mía.

—La suya exactamente es coordinar...

—Soy la directora de la agencia. La mesa tiene una agencia, donde hay una oficina técnica, un comité de expertos y varios foros de debate. Empezaremos con el de alcaldes en Astorga. A partir de aquí, hay que ir trabajando a distintas velocidades y en distintos campos. Por ejemplo, se irán haciendo mesas sectoriales de trabajo, puede ser de agricultura, de tecnologías, de biofarmacia... Aquí se recibirán propuestas y estas propuestas se devolverán reelaboradas. Por supuesto la ciudadanía podrá proponer alternativas o modificaciones a las sugerencias. Es una retroalimentación.

—Después de tantos pactos por León hay un desencanto social difícil de superar. ¿Cómo puede saltar esa barrera?

—Trabajar con la máxima dedicación y responsabilidad.

—Va a trabajar con un grupo de técnicos que le aporta la Diputación y un comité de expertos. ¿Cuál es el papel de todos ellos? ¿Quién es quién?

—En Diputación digamos que hay técnicos de distintas áreas en un número que puede ser ampliado y en momentos de trabajo más o menos intensos en función de lo que se vaya haciendo. Y con el grupo de expertos ya he empezado a tomar contacto con ellos. En este momento son ocho. La reuniones presenciales no son posibles, pero además lo más urgente en este momento es preparar el foro de alcaldes. Además de esos expertos pues lógicamente habrá otros muchos asesores en otros campos porque creo que León tiene muy buenos empresarios muy escondidos, muy escondidos. Con una labor fuerte, potente y quizá no muy visible.

—¿Hay que buscarlos?

—Algunos están localizados y han demostrado su compromiso. Aunque la base empresarial con carácter general en León es débil no quiere decir que no haya cosas.

—¿Hay quien ve, incluso desde el PSOE, que la Mesa por León se ideó para frenar el movimiento promovido por las mociones que piden la autonomía de la Región Leonesa. ¿Tiene miedo a sentirse utilizada para ser la cara visible de un nuevo fracaso?

—Pues no lo sé, es una posibilidad. Lo desconozco. Desconozco lo que hayan pensado al plantear esto, lo que han manifestado es otra cosa. Yo me atengo a lo que han manifestado, que es con lo que yo me comprometo.

—¿Quién y cómo le dijeron si quería ser la directora de esta agencia?

—Me llamaron, me pidieron colaboración, puse algunas condiciones, me lo planteé y pensé que era un momento de arrimar el hombro. Yo creo que en León nos quejamos con razón, pero además de quejarnos hace falta preguntarse qué hacemos por cambiarlo. Y qué haces tú cuando los alumnos después de muchos años te preguntan por dónde pueden tirar. O como cuando nuestros hijos se han tenido que ir no solo fuera de León sino de España. Yo entiendo que la desesperanza es normal que lleve a dar opiniones, pero hay opiniones que son muy populistas y tienen que ser razonadas, fundamentadas y coherentes.

—¿Qué opina de aquella primera foto de la mesa sin apenas mujeres?

—Ninguna foto puede llamar la atención por la ausencia de algo que representa más del 50% de la población.

—¿Qué hace a León singular respecto a otras zonas del país también muy empobrecidas?

—En general, el leonés es poco emprendedor, es más de ahorro que de emprendimiento. Yo creo que es el momento de que se reflexione un poco en cuanto a eso, incluso porque podría haber fondos de inversión comunes entre varias personas. Hay que buscar maneras de actuar. En León tiene que haber dinero y a lo mejor se podría poner en circulación cuando las condiciones fueran favorables. Y tenemos también una riqueza importante en el agua, el tema de los regadíos es importante y es algo por el que esta provincia no ha tenido compensaciones cuando el agua va a otras.

—¿Por dónde no estaría dispuesta a pasar?

—Por que la gente diga verbalmente que quiere colaborar y no lo haga. La gente me refiero en esa mesa en la que están representadas administraciones, sindicatos, patronales y demás. Han manifestado públicamente su deseo de colaborar. Si no quieren colaborar, ¿qué papel desempeño?

—Da la sensación de que no todas las administraciones están igualmente implicadas en este proyecto de futuro…

—Yo no voy a juzgar los compromisos de nadie antes de empezar. Estoy en el reloj de arena y la arena está empezando a caer. Veremos.

—¿Cuál fue su sincera sensación al salir de la reunión del día 29?

—Pues que a lo mejor hay que exigir alguna de lo que se llamaban antes las virtudes cardinales: prudencia, fortaleza, templanza y justicia, porque la justicia con León es lo que hay que exigir.

—A León han llegado ayudas de todo tipo durante muchísimos años y es obvio que la economía es la que es. ¿Qué hará usted para que este foro sea distinto?

—Lo primero es que hay que entender que es urgente cambiar la situación, pero las cosas que se puedan ir haciendo quizá no tengan una respuesta inmediata. Yo creo que Europa está marcando caminos claros en una serie de cosas en que la provincia tiene que ponerse al día. Tenemos una transición energética que nos afecta y que fue el origen de la mesa. No somos el único territorio español que está en ese camino, vamos a tener que competir. Mi opinión es que habría que, además de eso, ‘luchar’, pelear por fondos especiales para León tanto a nivel estatal como autonómico.

—Es que estamos ante un reto verde.

—La nueva PAC que entra en el año 21 va a poner condiciones y León es una provincia con una agroindustria potente, pero que en mi opinión hay que ponerla más en el mercado, visualizarla. Esta pandemia nos está enseñando cosas. Se han multiplicado por cientos las compras por internet con el eCommerce. Tiene una vía específica de subvención en Europa y probablemente en el futuro las empresas e industrias que no estén subidas ahí tenderán a desaparecer. Por lo tanto hay que ir trabajando a la vez en cosas. Si me llegan fondos tengo que captarlos, pero secundariamente tengo que ir haciendo entender que hay transformaciones que van a ser inevitables si se quiere sobrevivir en el mundo que tenemos delante. Luego hay otra pata que es la innovación y la digitalización, que van unidas a las anteriores. Son patas que van a venir subvencionadas. Europa y España tienen estrategias en ese sentido. La europea va más dirigida a la comunicación de redes en los territorios y España lo lleva más a nivel de industria y ciudadanía por decirlo así.

—Hablemos del mundo rural.

—La mesa tiene que ver que hay una Ciuden trabajando con la dinamización de municipios, entonces yo tengo que decir trabajas tú en esa parcela que yo voy a desarrollar otra. Hay que economizar recursos y no ir todos a lo mismo. Y si vamos a la innovación hablemos de la Universidad. La Universidad tiene centros, institutos e investigadores en líneas muy potentes y hay que aprovecharlas. Pero también está el Icamcyl como centro de materiales avanzados. Hay que ir coordinando: lo que hagas tú no tengo por qué hacerlo yo.

—Conseguir esa unión, ese entendimiento, es un tanto difícil cuando en una provincia como León hay dos patronales empresariales.

—En lo que no me concierne como mesa no tengo nada que opinar.

—¿Cuál es el mayor déficit que tiene la provincia de León? A veces el peor enemigo de León es León. Decía usted antes que el dinero no fluye.

—Donde fluye el dinero fluye el empleo. Sí que considero que debería de haber una iniciativa mayor por parte de los empresarios. Hasta ahora no lo han hecho.

—Para eso tienen que cambiar la mentalidad de los empresarios.

—Y de los ciudadanos. León tiene escritores, la mente de León ha sido una mente potente, ha sido el mundo de la literatura, de lo económico. ¿Qué ha pasado? ¿Qué valor hemos dado a lo nuestro? ¿Y cuál es la razón? ¿Por qué ha perdido León esa influencia? Los motivos son imposibles y muy variados, pero creo que en general los leoneses debemos ser parte activa en lo que hagamos porque también elegimos a nuestros representantes y decidimos con nuestro voto cómo hacemos las valoraciones de las actuaciones que hacen para la tierra.

—¿Qué papel juegan las infraestructuras en todo esto?

—Fundamental el Corredor Atlántico. Antonio Costa, el presidente portugués, nos está ayudando enormemente. Si mal no recuerdo a mediados de septiembre hubo una reunión hispanolusa, la presidenta del Congreso estuvo allí y hablaron del Corredor Atlántico como elemento a potenciar. Creo que muy recientemente, después de la reunión de la mesa, Costa ha estado con la presidenta de la Comisión Europea para reclamarlo y ha potenciado el tramo hasta Ríohonor como vía.

—Pero faltan los kilómetros de Castilla y León.

—Ya está. No tengo más que añadir en eso. Si se apuesta por ello, que está refrendado, que está fotografiado, hazme lo que me tienes que hacer porque luego eso va a estar conectado con el eje Atlántico. El eje logístico de Torneros también es fundamental. Hay un proyecto muy largo en meses. Hay que ir agilizando esas cosas.

—¿Y el ferrocarril entre León y Ponferrada?

—También. Es la hora del noroeste. Ahora hace falta que el plan de desarrollo logístico de la Junta lo priorice.

—¿En qué quedó aquella propuesta de imitar el modelo de las Highland de Escocia?

—Aquella fue una propuesta de desarrollo económico para una zona que tenía unas características ambientales y de producción distintas a las que tiene esta provincia. Una parte de aquello puede valer, que es la parte que aprendieron a trabajar en red.