Más de 2.000 autónomos no podrán acceder a los 7.000 millones de ayudas

Negocios como el de David Álvarez Guerrero, al frente de la floristería Santamaría, en el barrio del Crucero, no han salido indemnes de la crisis desatada por la pandemia. Las restricciones que acompañan a la emergencia sanitaria desde hace un año han impactado de lleno en la cuenta de resultados de un sector abandonado a su suerte.

De momento, el Gobierno lo ha dejado fuera de los 7.000 millones de ayudas directas que inyectará en los próximos meses a las empresas dedicadas a alguna de las 95 actividades profesionales que sí estarán protegidas. Tampoco aparecen las peluquerías, que achacan igualmente las consecuencias económicas del covid. Ni los talleres de coches, las autoescuelas o las tiendas de souvenirs, entre muchos otros damnificados y olvidados. Afecta a más de 2.000 autónomos de la provincia, 200.000 en toda España, el 6,25% del colectivo.

La decisión no es definitiva, como apuntó esta misma semana la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, abierta a incluir algún sector más después del rechazo que causó entre los autónomos excluidos el anuncio de las ayudas. También podrán hacerlo las comunidades autónomas, encargadas de distribuir los fondos, que aportarán entre 3.000 y 200.000 euros a la cuenta de quienes hayan perdido al menos el 30% de los ingresos.«El año pasado apenas hubo bodas, bautizos o comuniones», señala David Álvarez, que no entiende por qué les apartan del plan de rescate cuando la caída de la facturación en las tiendas de flores es evidente.Notan en la caja la ausencia de eventos sociales.

David Álvarez, al frente de Flores Santamaría. MARCIANO PÉREZ

También que se haya suspendido la Semana Santa por segundo año consecutivo y que muchos funerales se celebren en la más absoluta intimidad, con «familiares aislados» por culpa del covid que «ni siquiera pueden velar a sus seres queridos», lamenta.Por eso es «difícil de entender» la falta de sensibilidad de los responsables públicos a la hora de tomar decisiones. «Cuando nos obligaron a cerrar en marzo del año pasado, tuvimos que tirar más de tres mil euros en género y eso no te lo paga nadie», critica.

También han sentido los efectos del vendaval económico en la tienda de souvenirs que hay junto a la Catedral. Dependen, sobre todo, de los turistas, que con los confinamientos perimetrales llegan a cuentagotas. «En enero vino un peregrino en todo el mes y una chica inglesa. Ahora se está animando un poco la cosa con visitantes de otras provincias de la Comunidad y algún peregrino suelto, pero el consumo sigue estancado. A nosotros nos han ayudado mucho los clientes de León para soportar estos meses tan duros», reconoce la empleada de esta tienda de regalos, Ana Alonso, quien confía en que en verano la «movilidad mejore» y la campaña estival sea lo «más normal posible». Cree, además, que el Gobierno les incluirá al final en el decreto que articula el paquete de ayudas porque las medidas aprobadas por las autoridades sanitarias «nos han afectado mucho», insiste.

Patry tiene una productora y una sala de conciertos. M. P.

Eso mismo espera Patry Floranes, volcada de lleno en el sector audiovisual como propietaria de la productora Patry Servicios Audiovisuales. Dirige también la sala de conciertos Black Bourbon, que abrió en octubre de 2019. Antes de que el coronavirus lo cambiara todo, programaba como mínimo cuatro eventos a la semana y en su primer mes llegó a «triplicar los ingresos» respecto a 2018. En marzo tuvo que cerrar y solo cobro el cese de actividad durante un trimestre. No ha recibido más ayudas al estar dada de alta como autónoma en dos áreas diferentes, lo que complica el acceso a las prestaciones. No se dio por vencida. «Me he armado de valor, motivación y fuerza para que está situación no pueda conmigo, ni con mi empresa», señala. También agradece el apoyo de su casero, que le congeló la renta del local en el mes de junio y todavía no le ha reclamado nada. «Ha sido mi salvación», subraya. Tiene buenas expectativas de cara a los próximos meses si la situación epidemiológica mejora. Pide al Ayuntamiento que tenga en cuenta las características de cada uno de los establecimientos a la hora de aplicar las medidas y que no sea tan restrictivo con el sector cultural de León, apagado desde hace meses.

Algo más de actividad han tenido en los talleres dedicados a la reparación de vehículos que, como el sector de la producción audiovisual, quedará fuera del rescate público si el Ejecutivo no lo enmienda en las próximas semanas. Han seguido abiertos pero apenas obtienen ingresos. A Víctor, del Taller Hermanos Martínez, le da para pagar la cotización a la Seguridad Social y «poco más». No cobra absolutamente nada e, incluso, pensó en bajar la persiana. «Nos están tomando el pelo. Ningún político ha reducido su sueldo, continúan con sus dietas y sus coches oficiales mientras las empresas caen. No tengo ningún derecho pero sigo pagando las cuotas», critica. En una situación similar está Javier Carbajo, de JJ Nicros Electromecánicos. Tuvo a su hijo, que trabaja en el taller, durante mes y medio en un Erte. «Vamos poco a poco, tirando de los ahorros», revela. Ya se ha puesto en contacto con su asesoría para preguntar por la nueva línea de 7.000 millones y, según le han dicho, «no saben» si tendrá acceso. Esa misma incertidumbre acecha a cientos de autónomos de León, 200.000 en toda España, que quedan por ahora fuera del paquete de ayudas que aprobó el Consejo de Ministros. Los despachos de las gestorías echan humo de nuevo.