María Jesús Soto, socia directora de Andbank León y presidenta de FMJS
«La falta de valores me preocupa más que la falta de conocimientos financieros»
María Jesús Soto dirige Andbank León. También es la presidenta de la fundación que creó para dar mayor visibilidad a la labor que desarrolla desde hace 25 años. «El mundo es tan económico como tecnológico», apunta con motivo del Día de la Educación Financiera, que se celebra el lunes.
—¿Por qué nació la Fundación María Jesús Soto?
—Nació porque durante 25 años de profesión en el mundo financiero constaté que muchos de mis clientes no entendían de qué les hablaba cuando les explicaba cómo había invertido su dinero. Nadie anteriormente les había formado en estas materias. Muchas de estas personas eran brillantes en sus respectivas profesiones, pero tenían carencias en temas financieros. La economía y las finanzas no fueron materias que les hubiera explicado nadie antes.
—Pero su fundación tiene publicaciones dirigidas preferentemente a jóvenes y a niños.
—Sí, empecé enseñando a los adultos, organizando conferencias periódicas que sigo organizando hoy para que mis clientes entiendan qué hay detrás de las decisiones de inversión. Después entendí que, cuando antes se empezase a formar a la gente en finanzas, mejor. No se aprenden de un día para otro y se necesitan para la toma de decisiones de vital importancia que, de no tomarse correctamente, pueden afectarnos negativamente durante mucho tiempo o llevarnos a la quiebra. Tras la crisis de 2008 me di cuenta de que cada vez era más importante esta formación y la OCDE ya alertaba de la necesidad de acabar con el analfabetismo financiero. Pensé que era bueno ampliar la enseñanza partiendo desde la base, involucrado a los jóvenes y por qué no, también a los niños, cada uno a su nivel. Desde que recibimos nuestros primeros ahorros podemos aprender a gestionarlos. En 2012 nació Mi primer libro de economía, ahorro e inversión, un libro que ha servido para recordar conceptos a los adultos, bien porque los habían olvidado, bien porque carecían de ellos porque nadie antes les había dado la oportunidad de aprenderlos.
—¿Cómo ha evolucionado su fundación?
—Mi primer libro de economía trata la economía del primer agente económico, los consumidores, pero quería tratar también la economía y finanzas de las empresas, la microeconomía, y la de los gobiernos, la macro. Dar una visión de conjunto del universo económico. Por eso nacieron posteriormente Mi primer viaje al mundo de la empresa y los emprendedores y Mis primeras elecciones: sector público y sistemas de gobierno. Comenzó también un ciclo de cursos con docentes de Castilla y León y la creación de la plataforma educativa EFB: www.educacionfinancierabasica.com .
—¿Qué es EFB?
—Es un complemento a los libros, dirigido a todas aquellas personas que quieran ampliar sus conocimientos, pero con una parte de actividades específicamente enfocada a los docentes. Son actividades basadas en nuestras publicaciones, que tratan temas de economía, emprendimiento y sector público desde el estudio de otras asignaturas, es decir, de manera transversal. Puesto que, hoy por hoy, las asignaturas que se imparten sobre estas materias son optativas en la mayor parte de las comunidades autónomas, entendimos que al menos desde otras asignaturas se podrían tratar estos conceptos antes de llegar a la universidad o al mundo laboral. Lengua, Matemáticas, Sociales, Naturales o Valores Éticos son asignaturas en las que tiene cabida hablar de temas económico-financieros, de emprendimiento o de política económica.
—Los valores han estado siempre muy presentes en sus publicaciones, ¿por qué?
—Porque en la enseñanza de estas materias se olvida el aspecto ético. Conceptos y valores han de ir de la mano. Durante nuestros cursos formativos, varios debates acababan tratando problemáticas relacionadas con la falta de valores. Los docentes nos transmitían que, en general, el alumnado hablaba más de lo que yo voy a conseguir, que de lo que mi proyecto emprendedor puede generar a la sociedad, al conjunto. Es lícito querer ganar dinero, obtener rentabilidad, pero no todo vale. La falta de valores me preocupa tanto o más que la falta de conocimientos sobre economía, finanzas y emprendimiento. Su enseñanza en relación con los temas de dinero, empresa y política, deben acompañar siempre a la transmisión de conocimientos técnicos.
—¿Qué dificultades ha encontrado desde que creó su fundación?
—Pues principalmente los prejuicios erróneamente asociados a la enseñanza de estas materias. Se asocia enseñar o aprender economía y finanzas con la idea de enriquecimiento y no con la de que son conocimientos necesarios para el futuro, por eso hay colectivos que frenan o rechazan por sistema su transmisión. Llevamos años de retraso y la enseñanza de estos temas es ahora más necesaria que nunca para recuperarnos.
—Si hoy tuviera que recomendar su proyecto a los docentes o a los padres, ¿qué destacaría?
—Que está pensado para aprobar la asignatura de la que nos examinará la vida. Este eslogan, fruto de los cursos realizados en Castilla y León y de los encuentros con muchos docentes, nos traslada la idea de que la economía es útil, responde a preguntas de nuestro día a día, a situaciones cercanas a las que muchos niños y jóvenes de hoy tendrán que enfrentarse en el futuro, exámenes para los que habrá que estar preparados y que, si se suspenden, no habrá posibilidad de recuperar, como ocurre en el colegio, el instituto o la universidad.
—¿Qué proyectos tiene en marcha la Fundación María Jesús Soto?
—Pensando en los más pequeños ya publicamos el año pasado libros para saber qué es un presupuesto, o qué significa tener espíritu emprendedor, o para entender cómo se relacionan entre sí los tres agentes económicos, algo que todos hemos podido entender a la perfección tras el parón económico provocado por la pandemia. Ahora tenemos dos proyectos, uno para estimular el espíritu crítico entre los más pequeños, que incide, como otras publicaciones que ya tenemos, en valores relacionados con el dinero o el emprendimiento, Fábulas para pensar con Nico y Carol; y otro enfocado a conocer qué es la inversión sostenible y los criterios ASG, es decir, ambientales, sociales y de buen gobierno y su relación con la financiación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Este último se materializará en el libro Criterios ASG e inversión sostenible. Cuidemos de nuestro planeta. El mundo financiero está transformándose con la Agenda 2030 y nuevas normativas europeas que clasifican los activos financieros en base a nuevos criterios, y por eso hemos creído necesaria la publicación de este libro.
—Si le dejaran pedir un deseo para celebrar por todo lo alto el Día de la Educación Financiera, ¿qué pediría?
—Pues más apoyo desde la Administración para mejorar estos conocimientos. Si no fuese posible crear una asignatura específica desde Primaria, como ya tienen varios países de nuestro entorno, al menos potenciar su enseñanza transversal incentivando a aquellos docentes que la quieran trabajar desde su asignatura, como se ha hecho, por ejemplo, con el fomento de la lectura, o con el desarrollo de asignaturas relacionadas con las nuevas tecnologías y la digitalización. El mundo es tan económico como tecnológico. Hemos de poner la economía y las finanzas a la altura de la tecnología para estar preparados para el contexto en el que estaremos inmersos en las próximas décadas. Más que un deseo, lo considero una necesidad.