Diario de León

INFRAESTRUCTURAS

Diez años desde que Roma taponó el anillo interior de acceso sur a León

La conexión entre ríos de La Lastra a Puente Castro y la N-601 sigue cortada junto al Torío

Vista con fondo apocalíptico de la traza del vial, en la Lastra, a la altura del Torío, donde se pierde la línea. FERNANDO OTERO

Vista con fondo apocalíptico de la traza del vial, en la Lastra, a la altura del Torío, donde se pierde la línea. FERNANDO OTERO

León

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El segundo anillo de circunvalación de León está taponado por el vestigio romano de Ad Legionen. El desarrollo urbano de la ciudad tiene condicionantes que se marcan por el pie de la comisión de patrimonio en la puerta; esta del vial de salida sur de la capital leonesa, por la Lastra, cruce del Torío, y enlace posterior a las eles de León, a la ronda Sur y a las entradas convencionales de la N-601, iba a poner a Puente Castro a la altura de su necesidad de movilidad; pero el proyecto se quedó anclado hace más una década, justo cuando las cuchillas que allanaban el despliegue de los cuatro carriles se toparon con los cimientos de lo que fue uno de los asentamientos de población más notables del emplazamiento remoto de la ciudad, la Legio VII, un punto cargado de referencias arqueológicas sobre el enclave.

A cuenta de la herencia del imperio romano, León se conforma con una red de comunicación apropiada a aquella época. La línea recta que se pintó para dar continuidad a la doble plataforma y cuatro carriles por las que se enlazaban los nuevos accesos a la urbe, se vio obligado a un replanteo que derivó en setecientos metros de cordón, en forma de callejeo por la Flecha y la avenida san Froilán, hasta reencontrarse con el boceto original del proyecto, en servicio desde hace casi diez años.

El pasado y el futuro

El yacimiento Ad Legionen frenó el trazado que es un descosido del proyecto inicial

Ese es el tiempo para medir el efecto inverso que ha podido tener el tajo a la función circular de este vial, que se dejó anclado a la margen izquierda del Torío, porque Ad Legionen afloró como un legado del pasado y un obstáculo para el futuro. Se cumplen diez años de aquellas medidas cautelarísimas que siguen sobre el terreno; se tapó el yacimiento, tras un proceso administrativo de varios meses que llevó al expediente a saltar entre los departamentos de patrimonio, con paso por la central de la Junta, con aportaciones polémicas por esa legislación reglamentaria sobre la protección del patrimonio de la autonomía, que por el artículo 7.2 obliga a que decisiones relevantes como que la se tomó en torno al yacimiento de Puente Castro pasaran por Valladolid.

Cronificado

Junto al paréntesis se pueden leer las pintadas que reivindican la continuidad del vial

Nada nuevo en León, ni ahora ni en aquellos albores de la anterior década, cuando la obra para avanzar las comunicaciones de la capital leonesa hasta la altura que marca el siglo XXI dio con los cimientos de un punto relevante y esclarecedor de que este territorio tenía más relevancia hace dos milenios que en la actualidad.

Lo que derivó del momento fiscalizador de patrimonio, tan de actualidad ahora para medir y filtrar la fluidez de otros proyectos en la ciudad leonesa, forma parte de la historia reciente del atasco en la urbe: el vial que iba a acordonar el sur de la Lastra hasta conectarlo a la avenida de Madrid (travesía de la N-601) no vio la luz, y para salvar el paréntesis se armó un itinerario alternativo, a través de calles de doble sentido, intersecciones de l siglo pasado, y cedas al paso sin visibilidad.

En la zona, aún se leen pintadas que ridiculizan la inacción política con este vial, otro problema cronificado en la ciudad.

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