Diario de León

El disputado voto de la abstención: tres de cada diez leoneses no están motivados para acudir a las urnas

Villazala fue el municipio de la provincia de León donde hubo más abstencionistas en las elecciones de 2019, un 41,68%, mientras Villamartín de Don Sancho alcanzó el 95% de participación

Mapa de la provincia de León que muestra la abstención de cada municipio en las elecciones de 2019. PABLO SANTAMARTA

Mapa de la provincia de León que muestra la abstención de cada municipio en las elecciones de 2019. PABLO SANTAMARTA

León

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Parece que no significa nada pero dice mucho. Tres de cada diez leoneses no encuentran una motivación para acudir a las urnas. Así lo reflejan las estadísticas del Ministerio del Interior que repasan el mapa provincial de las elecciones municipales desde el año 1979. Este mapa sitúa el porcentaje de abstención media en los comicios municipales por encima del 30%. La decisión de no ir a votar no tiene una única causa.

«Las listas cerradas, la falta de regeneración de candidatos, el desconocimiento de programas de cada partido, el cansancio ante la no resolución de los problemas que nos preocupan, el sistema utilizado por los partidos en pugna, en conflicto para atraer a votantes, son motivos de la desmovilización de la ciudadanía en las elecciones». El politólogo berciano Pedro José Villanueva opina que la abstención provoca que llegar al 5% de representación sea más asequible para los pequeños partidos. «Imaginemos una ciudad como Ponferrada. Si hay una alta participación, como el 60%, los resultados de la ley D’Hondt hacen que el concejal se consiga con unos 1.600 votos, mientras que con una participación por debajo del 60% haría que ese concejal se consiguiera con 1.300 votos, aproximadamente, ya que la Ley D´Hondt hace que cualquier variable en los restos o en amplias mayorías, o resultado igualado en los más votados, esos concejales se consigan con menos o más votos».

La brecha tecnológica, el tiempo, la distancia del colegio electoral o condicionantes familiares influyen en el indicador de la participación.

El municipio de la provincia de León con más porcentaje de abstención en las elecciones municipales de mayo de 2019 fue Villazala, donde no acudieron a votar el 41,68% de los 631 electores.  De los que sí lo hicieron, 14 de ellos metieron una papeleta en blanco. La disputa estaba entre el PP y el PSOE.

En el lado opuesto está Villamartín de Don Sancho, lugar en el que fueron a votar el 95% del censo en una elecciones con tres candidaturas presentadas por el PP, PSOE y UPL. El PSOE se quedó sin representación, el PP logró el 46,15% de los votos y la UPL el 44.38%.

Votar en blanco significa una abstención «ordenada y moral», como la califica Villanueva. «El ciudadano participa votando, pero sin arriesgarse por ninguna opción política. Esta abstención sí influye en los resultados electorales porque beneficia a los partidos más votados. Contabilizan en la suma total de ciudadanos que han votado, por lo tanto eleva el número de votos que se necesitan para llegar al 5%. Los partidos que no consiguen ese 5% pasan a considerare restos y esos restos sirven, una vez finalizado el recuento, para sumar a los más votados para que alcancen otro concejal». El voto nulo no cuenta en ningún recuento «y tan solo sirve para medir el descontento o error a la hora de votar».

Bipartidismo

«Cuando las elecciones están muy disputadas hay más participación, sobre todo en los pueblos pequeños con dos candidaturas», asegura el sociólogo David Díez Llamas, que apunta a que la decisión de ir a votar también influye el conocimiento previo de cómo se va a dividir ese voto. «En los pequeños municipios se conocen todos y  el voto no va a depender tanto del número de candidaturas o de partidos, sino de a qué familia pertenecen los candidatos. En los pueblos pequeños son relevantes los lazos de sangre a la hora de ir a votar». El bipartidismo triunfa en las elecciones del 28 de mayo en 51 municipios de la provincia en la que sólo presentan candidaturas PP y PSOE. 

Los radicales, favorecidos

«La abstención es el rechazo a todo. Las valoraciones más negativas de los partidos y los políticos llegan de los abstencionistas. Los partidos más radicales, de cualquier orientación, son los que tienen más fidelidad de voto. En principio, la abstención puede favorecer más a los partidos más radicales», destaca Díez Llamas.

En la serie histórica de la provincia de León, fueron las elecciones municipales de 1979  las que registraron una abstención más alta, con un 43,37% del centro que no votó. Desde entonces, el porcentaje ronda en torno al 30%. La convocatoria menos abstencionista fue la del año 1995, en la que se registró una abstención del 26,92%. Esas elecciones fueron muy reñidas y dieron la victoria al Ayuntamiento de León con mayoría absoluta a Mario Amilivia, del Partido Popular, que consiguió 14 de los 27 concejales. El PSOE perdió cuatro concelajes de los diez que tenía. La UPL logró seis ediles. IU ganó en Villablino, el PP se quedó a las puertas de la mayoría absoluta en Ponferrada y la perdió en La Bañeza. 

La singularidad de las elecciones del 28 de mayo es que en Castilla y León no se celebran comicios autonómicos. «El hecho de no concurrir elecciones autonómicas no se traduce en menos participación. De hecho, en la convocatoria de febrero de 2022, en la que sólo se votó para las Cortes de Castilla y León, se produjo la menor participación de la serie histórica desde mayo de 2011. Del 64% de los que participaron en 2011 se pasó al 53,50% en 2022, más de 10 puntos, y comparado con mayo de 2019 la diferencia es aún mayor, casi 15 puntos porcentuales de diferencia en la provincia de León».

El voto en blanco
La ciudadanía participa pero no marca ninguna opción, un voto poco significativo en León

En León hay que contar con otra particularidad, lo que el sociólogo David Díez Llamas denomina «variable leonesa» que ha hecho que muchos munipios de la provincia hayan aprobado mociones a favor de la autonomía, postulado contrario a las direcciones de los partidos. «La dirección del partido no pinta mucho en estos casos. Hay ayuntamientos en los que sin estar representados las UPL han aprobados mociones en este sentido, en contra de la dirección nacional». Esta ‘variable’ leonesista o, cualquier otra municipal, eleva la «voz propia» de los pueblos por encima de las direcciones de los partidos.  «No siempre funciona que los partidos utilicen la política nacional para hacer campaña en las municipales. Los municipios tienen voz propia».

¿Y dónde está el nicho de la abstención? «Por lo general, la juventud es la que más se abstiene. Los mayores tienen más arraigado el deber de votar por la historia que hay detrás, pero los jóvenes tienen a deslegitimar». Díez Llamas contrapone esta decisión a la historia del parlamentarismo «del que tanto presumen los leoneses» mientras que la juventud que ha nacido en democracia «no valora lo suficiente que se permita votar y elegir».

Para el leonesista e historiador Alejandro Valderas «a los partipos pequeños sólo salen beneficiados si alguien los vota y considera que estas elecciones «van a ser importantes» para comprobar si el incremento de votos que experimentaron VOX, UPL e IU en las pasadas elecciones «es un cambio de tendencia real o subieron al hilo de las campañas de los partidos nacionales».

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