Diario de León

El mercadillo de Navidad sigue sin abrir tras una semana por el caos municipal

Sin luz y con casetas deficientes, los comerciantes exigen compensaciones por las pérdidas

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León

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Tendrían que haber abierto hace una semana, pero ocho días después, el mercadillo de Navidad de León no tiene enganche a la electricidad aún y de las 62 nuevas casetas, resguardadas con plásticos para que se salvaran del chaparrón del jueves, apenas abrieron ayer media docena de valientes para vender a tientas o con la luz de la batería del coche. El resto esperan poder levantar la trapa hoy, después de salvar los problemas de las nuevas estructuras, sin barnizar, con holguras entre las tablas y las puertas endebles que invitan a entrar sin permiso, como alertan los comerciantes y artesanos que desde la pasada semana han pagado 1.950 euros más IVA por participar pero todavía no han podido estrenar la caja.

Las quejas se dirigen a medias entre el Ayuntamiento de León y la empresa concesionaria del servicio. A la administración, que cobra 68.905 euros, le censuran que licitara tarde y no consiguiera adjudicar el contrato hasta el viernes de la semana pasada, cuando se emplazaba la inauguración según los pliegos de condiciones. Pero el contrato no se adjudicó de manera oficial hasta ese mismo 24 de noviembre, a la carrera, como sucedió ya en San Juan con el recinto ferial o el Come y Calle, y se perdieron el fin de semana del Black Friday con la inauguración de las luces como reclamo para sacar a los ciudadanos a la calle.

En la queja incluyen además a la empresa concesionaria, Solo Artesanos, la misma que organizó el mercadillo medieval de San Froilán en 2022 y que sustituye a la asociación Tierra Cazurra. La adjudicataria, que abona el canon al Ayuntamiento de León y luego cobra a los participantes, no tuvo las casetas listas a tiempo, como alertan los comerciantes y artesanos, mientras exhiben las tablas sin barnizar y con defectos. No hay baños tampoco, lamentan los vendedores, que reclaman que se les compense por la semana de pérdida de ingresos que ya acumulan. Si el contrato fijaba que el periodo de venta se extendería desde el 25 de noviembre hasta el 7 de enero, exigen que se les devuelva la parte proporcional a los días que no han podido abrir.

La empresa, a la que también le cabe la reclamación de responsabilidades al Ayuntamiento de León por el incumplimiento de los plazos aunque no lo ha decidido, reparte el mercadillo en dos zonas. Delante de la puerta principal de la Catedral, se distribuyen 40 casetas, el mismo número que en años anteriores, mientras que en Puerta Obispo quedan otras 22, junto a las foodtrucks que se estrenan en esta ocasión dentro de la oferta como novedad para atraer más clientes.

Los problemas, justifica el portavoz de la concesionaria, Pablo Llorente, se deben a que las casetas se han hecho nuevas para la ocasión con poco plazo desde que se adjudicó el contrato. Pero no tienen previsto compensar de ninguna manera a los comerciantes y artesanos por la pérdida de una semana. La única alternativa, apunta, pasa por que se instalen en la parte de Puerta Obispo, donde el precio es de 1.500 euros.

En total, suman 64, por debajo del límite de 80 que establecía el Ayuntamiento. No han sido más porque algunos comerciantes y artesanos han preferido no entrar al final, después de que la administración municipal no permitiera montar las casetas delante de la puerta del Seminario Mayor y el Palacio Episcopal, como se esperaba en un principio, y les enviara a Puerta Obispo. Ni siquiera se ha agotado el cupo de las foodtrucks , que se fijaba en ocho, al rebufo del éxito del Come y Calle de San Juan y San Froilán.

Dos foodtrucks y escondidas. El reclamo del nuevo mercadillo lo lanzaban las ‘foodtrucks’. Pero apenas se han aventurado dos, escondidas en la plazoleta de Puerta Obispo, junto a una docena de casetas desconectadas del resto tras impedir el Ayuntamiento que fueran más arriba.

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