La Universidad siembra entre los jóvenes el germen científico de la mano de Expociencia

La Universidad de León saca estos días de sus campus todo el trabajo que realizan los investigadores en los laboratorios para darlo a conocer, para explicar cuáles son sus descubrimientos y qué soluciones aportan a la sociedad. Expociencia cuenta este año con 543 investigadores y 370 voluntarios para atender a las más de 20.000 personas que se espera que pasen por el Palacio de Exposiciones hasta mañana, tras tres intensos días de talleres, experimentos y demostraciones en los que los científicos universitarios explican de forma didáctica y divulgativa a los pequeños y mayores que recorren los 42 puestos de los diferentes grupos de investigación que han decidido participar este año en el evento.

Estos días el Palacio de Exposiciones es un hervidero de nuevas vocaciones y ser científico es un sueño que ha empezado a encenderse en el futuro de algunos de los alumnos de los 119 centros educativos que acudirán este año a Expociencia. La clase de 5 B del colegio Quevedo se arremolinaba en uno de los primeros puestos de los grupos de investigación en el que ahondaban en el mundo de las bacterias donde su maestra, Beatriz García, remarcó que en su aula «hay talento» y que la cita ha servido para «despertar vocaciones».

Entre los alumnos del Quevedo, además de profesiones como la de futbolista o policía, también algunos quieren ser ya también «científicos para descubrir una cura para una enfermedad, hacer algo bueno por el planeta o reducir el uso de plástico».

Mientras la alumna del Virgen Blanca Ana Pérez «intervenía» con unas gafas 3D en un cuerpo humano virtual, otro curso de las Añejas descubría cómo algunas palabras que se usan habitualmente proceden de caló: jalar, pinrel, sobar o chivato. Guillermo y María, de quinto A, también habían pasado por otro grupo de investigación en el que les explicaron los efectos del fuego en el suelo: «Cuando hay un incendio todo cambia, hay diferentes tipos de acidez y cuánto más ácido sea un suelo, como pasa después de un incendio, más rico es para que crezcan en él las plantas».

Los robots del grupo de Robótica acaparan de nuevo, como ya lo han hecho en las ediciones pasadas, todas las miradas. La investigadora Camino Fernández explica que entre las preguntas más recurrentes sobre el robot que han programado para pastorear ovejas está cuánto le dura la batería o cómo es capaz de espantar al lobo.

Los niños se implican en todos los experimentos, analizan atentamente los parásitos que les enseña Marta Ruiz , del Instituto de Ganadería y Montaña y preguntan, mucho. Por este motivo, sus maestros reclaman a la Universidad hacer más extensas las visitas, «porque los niños aprenden más que en clase», y les animan a aprovechar la opción de acercarse por las tardes con sus familias.

Los alumnos del instituto de Benavides también aprovecharon ayer su visita a Expociencia para «superar traumas» basándose en la mitología y alaban el esfuerzo de todos los investigadores y voluntarios de este encuentro, casi un millar en total, que les explicaron con todo detalle y paciencia las cuestiones y preguntas que han ido surgiendo en los diferentes talleres.

El horario de Expociencia es de 9.30 a 13.30 horas y de 17.00 a 20.00 horas. Las mañanas están organizadas las visitas de 119 centros educativos, que llegan al Palacio de Exposiciones desde todos los puntos de la provincia de León e, incluso, de las provincias de Zamora y Valladolid. Por la tarde, está abierto más al público en general, que también pueden participar en los experimentos y escuchar cómo los científicos explican su trabajo diario. Además de los grupos de investigación, acuden a Expociencia este año el Centro de Supercomputación, el Instituto de Ganadería y Montaña, la Fábrica de la Luz de la Ciuden y el Museo de Colecciones de la Universidad de León.