Diario de León

Cirugía de excelencia contra la obesidad

El cirujano José María Canga Presa, pionero en by pass gástrico laparoscópico, utiliza novedosas técnicas y amplia el perfil de pacientes

El cirujano José María Canga Presa, en el quirófano de la Clínica HM SaN Francisco. MARÍA FUENTES

León

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Más de 2.400 pacientes han pasado por las manos de José María Canga Presa, cirujano general y del aparato digestivo que dirige la Unidad de Cirugía Bariátrica Mínimamente Invasiva en la Clínica HM San Francisco, junto a los doctores José Luis y Felipe de la Cruz Vigo, con los que comenzó en el año 1999. «Juntos hemos intervenido a más de 2.400 pacientes y hemos realizado el seguimiento prospectivo de los mismos. En mi tesis doctoral analizamos los resultados del bypass gástrico laparoscópico en los primeros pacientes operados por nuestro grupo, que fueron realmente muy satisfactorios en cualquier grado de obesidad severa. En aquel momento pocos eran los hospitales en España que realizaban esta técnica por laparoscopia y el estudio fue pionero».

La experiencia y las nuevas técnicas amplían el perfil de pacientes a los que está recomendada estas cirugías. «Existen muchos tipos de operaciones para tratar la obesidad, pero no todas con los mismos resultados a largo plazo. La técnica que empleamos en el 95% de nuestros pacientes, en los que hemos conseguido y objetivado unos excelentes resultados a 5, 10 y 15 años de seguimiento, es el bypass gástrico anillado en Y de Roux por laparoscopia. Esta es la misma técnica que indicamos en pacientes que operamos por presentar diabetes tipo 2.». Pero hay más. El equipo realiza también la gastrectomía vertical, tubular o manga gástrica por laparoscopia en casos seleccionados.

La cirugía laparoscópica o mínimamente invasiva para perder peso consiste en operar al paciente a través de 5 o 6 pequeñas incisiones de menos de 12 milímetros en el abdomen. A través de una de ellas se introduce una cámara para poder ver dentro del abdomen y operar mirando a un monitor de alta definición, y a través de las otras el material quirúrgico e instrumental necesario para llevar a cabo la intervención. De este modo la recuperación del paciente es mucho mejor y más rápida. Al día siguiente de la intervención comienza a beber y lo habitual es que la hospitalización dure 3 días.

El doctor Canga también es experto en cirugía robótica DaVinci aplicada a la cirugía esofago-gástrica, sin embargo, en cirugía bariátrica no la practica al considerar que no ofrece ventajas en la obesidad y encarece el procedimiento. «En EE UU, el país donde más cirugía bariátrica y más cirugía robótica se realiza en el mundo, la cirugía para perder peso se realiza en un 90% de los casos por laparoscopia (el 10% restante es la suma de cirugías robóticas, cirugías por vía abierta y cirugías por orificios naturales-Notes). Además, algunos estudios han constatado mayores tasas de reintervenciones, reingresos y tiempos operatorios más largos con cirugía bariátrica asistida por robot».

Como cirujano, considera que la cirugía mínimamente invasiva para perder peso es de las más gratificantes. «Es muy emocionante ver los resultados de una cirugía en la mejoría de la calidad de vida y de las enfermedades que conlleva la obesidad. Cuando la cirugía se realiza en pacientes jóvenes los efectos deletéreos de la obesidad muchas veces no han llegado a producirse y el paciente se beneficia durante más años de su vida».

A los pacientes les explica que a la cirugía se llega por motivos de salud y no estéticos ya que la reducción de grasas irá asociada a la desaparición o mejoría de otras enfermedades vinculadas a la obesidad como la diabetes, HTA, apnea del sueño, colesterol o triglicéridos altos, así como problemas en las articulaciones y reflujo gastro esofágico. «A pesar de ser un abordaje seguro y efectivo, sólo llega al 2% de la población española que potencialmente se beneficiaría de dicho tratamiento. Pese a estar cubierta en la cartera de servicios de la sanidad pública española, no es un procedimiento con tiempo de demora garantizado y esto implica que los pacientes se van enfrentando a tiempos de espera cada vez más largos, de varios años, antes de que les llegue el momento de ser intervenidos, siendo en muchos casos necesario repetir pruebas diagnósticas cuando llega el momento de la operación porque ha transcurrido tanto tiempo que en cierta forma las invalida. Esto en la medicina privada no ocurre. Los tiempos de espera son cortos y la necesidad de repetir pruebas es impensable».

«Cuando la cirugía se realiza en pacientes que son más jóvenes se benefician durante más años de vida»

El cirujano José María Canga Presa, en el quirófano de la Clínica HM SaN Francisco. MARÍA FUENTES

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