Oficinas o pisos turísticos: no sólo viviendas para ocupar locales vacíos
La crisis del comercio obliga a repensar una ciudad con más urgencia urbanística que habitacional
Editorial: 'Una estrategia de ciudad con más miras'

Locales comerciales cerrados en la ciudad de León.
La búsqueda de soluciones al desolador escenario de un creciente número de bajos comerciales cerrados, o directamente abandonados, es en el caso de León una urgencia más urbanística y de imagen que de soluciones a la demanda de vivienda. En todo caso, un desafío que exige análisis y soluciones desde hace años, y cuya nueva reglamentación se pone ahora en marcha. Establecer las calles donde los locales pueden convertirse en viviendas, y sus condiciones de habitabilidad, está ya sobre la mesa.
El debate, sin embargo, hace mucho tiempo que va más allá. No se trata de permitir que locales a pie de calle se transformen en pisos, sino de diseñar una estrategia de futuro de León. Y establecer los mecanismos (en forma sobre todo de incentivos fiscales y económicos) para que la transformación sea viable y real.
Bajar a los locales a pie de calle las oficinas y negocios que ocupan los pisos de los edificios (y habilitar esos espacios como viviendas de alquiler), o destinar los bajos céntricos en las calles aledañas a las más comerciales a pisos de uso turístico, para evitar los problemas con las comunidades de vecinos, son algunas de las propuestas que hacen los expertos. Que coinciden en que la reforma del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que ahora inicia el Ayuntamiento no supondrá un boom de demanda, porque la necesidad de vivienda en es otra. Sí determinaráel modelo de la ciudad que León quiere ser.
«No se trata de cuántos locales vacíos hay en la la capital, sino de darle versatilidad al mercado de la vivienda. Es, sobre todo, una cuestión de concepto. El urbanismo ha cambiado, y la construcción también. Lo hará más a corto plazo, el incremento de los costes frena la construcción en León. La cuestión es también ver cómo se acepta el concepto de vivir en un bajo comercia, porque no será en el centro, y en los barrios el atractivo es otro». Javier Vega, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de León y de la Confederación Castellano y Leonesa de la Construcción, que lleva años reclamando una solución para el problema del cierre de los bajos comerciales, aboga por «trasladar ahí las oficinas. Para hacerlo se necesitan incentivos: rebajas en el IBI, impuesto de sociedades,... El caso es que esos locales revivan, y que los pisos que ahora ocupan se transformen en viviendas de alquiler con fórmulas que permitan la estabilidad a medio plazo, contratos protegidos,...».

La crisis del comercio tradicional multiplica los bajos en desuso.
Para Miguel Ángel Sánchez, gerente de la Cámara de la Propiedad Urbana de León, la cuestión fundamental es «buscar en qué zonas de la ciudad puede haber demanda para este tipo de soluciones. Está claro que hay un cambio de hábitos en los consumidores que penaliza al comercio tradicional, y que las peatonalizaciones contribuyen a alejar a los compradores del centro». Reconoce, por otro lado, que «en León no hay tradición de vivir a pie de calle, nunca ha gustado». Pero hay alternativas. «Muchos de estos locales, los que están más céntricos, pueden funcionar muy bien para el alquiler turístico».
Desde la Asociación Leonesa de Comercio (Aleco) su presidente, Javier Menéndez, opta por la prudencia. «No tengo muy claro si sería bueno o malo, de lo que sí sería partidario es de que esos locales sigan abiertos como asesoría, consulta, seguros …, Es decir, bajar de primeras plantas aquellas actividades económicas en las que entre y salga gente para no dejar morir las calles, y dejar como viviendas aquellos inmuebles que hoy están considerados como dotación industrial».
Todos coinciden, como insiste Sánchez, en la «necesidad de que León sea una ciudad atractiva, habitable, cómoda». Para los vecinos y para su especialización como destino turístico. «Para ello es necesario un plan estratégico a largo plazo, que no se ha abordado hasta ahora. La reforma del PGOU que se inicia es parte de esta estrategia. Y los barrios tendrán oportunidad de posicionarse sobre ella en su tramitación».

Los expertos proponen nuevos usos, que requieren incentivos para las actividades que se instalen.
Vega incide en la necesidad del debate. «No sé si estamos haciendo lo suficiente para mantener esta ciudad».
Muros de ladrillo y trapas destruyen la sensación de ciudad

La imagen de la ciudad se ve perjudicada por el número de bajos tapiados y con pintadas.