Diario de León

Victoriano Crémer CRÉMER CONTRA CRÉMER

Madrid, capital de las Españas

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León

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DICEN los clásicos: «Algo tendrá el agua cuando la bendicen». Y algo parecido debiera ocurrírsenos a nosotros, gentes del interior, o si se prefiere de lo hondo, de los pliegues, de lo original, refiriéndonos a Madrid, capital de todos los reinos y centro del movimiento general de los mares. Se insiste en proclamar a Madrid como rompeolas de las Españas y posiblemente se esté en lo cierto, no porque la frase nos parezca brillante y bastante ilustrativa, sino porque a Madrid acudimos con nuestras cuitas, nuestras esperanzas y nuestras ambiciones. Está claro, o debe estarlo para los provincianos, que lo que no se haga desde Madrid no existe y el que no consiga obtener un puesto en la Puerta del Sol acaba de pordiosero en el camino jacobeo a las tierras de muerte negra. Desde nuestra infancia como provincia, como ex capital de un Reino, como procreadora de la monarquía entre visigodos y musulmanes, desde el siempre de nuestro vivir como españoles con derecho a voto, hemos estado regidos, acosados, presos y condenados por la seducción de Madrid. Algo tendrá Madrid cuando todos acuden allí para su salvación o para colmar sus ambiciones. Y nuestra voluntad de acuñar la verdadera personalidad de León consistía en emanciparnos de la tutela, del abrazo de Madrid. Ese sentimiento de liberación nos resultaba a los hombres de las provincias tan necesario y obligado que pasaba a constituir como otra naturaleza. El centralismo de Madrid, insistíamos, acaba por asfixiarnos y los pueblos todos de la Península clamaban por arrancarle a Madrid alguna concesión, tal instrumentación, o cual capitanía general para sentirnos como en posesión de la propia naturaleza emanada de los derechos históricos que nos asistían. Bueno, pues ahora y en la hora de la Gran Matanza anunciada, la tendencia de los leoneses, al menos de los representantes oficiales de León es justamente la de acercarnos humildemente a Madrid, solicitando ayuda, comprensión y un puesto a la lumbre. La Casa de León, de la calle del Pez, es el territorio consustancial en todo lo que se refiere a León. Y a Madrid acuden nuestros hombres principales y candidatos más fervorosos. El que no se consigue en Madrid el puesto que tiene allí, se queda de cuadra en su pueblo. Y el alcalde de León, candidato principal, para reocupar el estrado de la Casa de la Moneda acude a Madrid, porque es en Madrid en donde se va a pregonar la Semana Santa Leonesa. Y el candidato del Partido Socialista Francisco Fernández, sin perder el tren, acudió a Madrid, porque según expresiones que se manejaron con motivo de tan singular evento estaba dispuesto a recuperar así la participación ciudadana en la vida política leonesa, frase en cierto modo que mueve a reflexión por cuanto, los de la Legio Séptima creíamos que la participación ciudadana, la identidad leonesa y la promoción del futuro municipal y el paso de León se hacían en el interior de la comunidad, sin que Madrid tuviera nada que ver en la aventura. Estos ilustres conciudadanos, dispuestos a nada menos que a la reconversión de León como la referencia del Noroeste acuden a Madrid, como Anteo, el hijo de Neptuno y de la Tierra, que necesitaba establecer contacto con la tierra para recuperar sus fuerzas, así parecen necesitar nuestros hombres el impulso que sin duda Madrid les presta para reintegrarse después con fuerzas renovadas a trabajar, por la recuperación de una tierra que se nos va de entre las manos. León necesita a sus hombres, pero en León. Y a lo que deben estar llamados, no es a contentar a los generosos paisanos del exilio en la capital total de las Españas, sino a los que aquí esperemos sentados a la puerta de nuestra tienda esperando ver pasar el cadáver de nuestros enemigos. Que Mario Amilivia acuda a León a presidir el pregón de la Semana Santa Leonesa o que Francisco Fernández se considere obligado a exponer su programa a los leoneses de la diáspora, nos parece excelente, pero ¿no parece más lógico, natural y necesario estar en León, hablar en León y morir en León con los votos puestos?

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