Dos años de cárcel para un comerciante que no entregaba lo que cobraba

La Audiencia Provincial ha condenado a Abilio López, un comerciante de la calle San Claudio de León, a dos penas de un año de prisión cada una, indemnizaciones por un importe total de 26.298 euros y seis meses de multa con una cuota de seis euros diarios, por un delito de estafa agravado y otro de estafa continuada, al vender muebles de cocina y electrodomésticos que cobró por adelantado a otras cuatro víctimas con la intención premeditada de no entregarlos. Los hechos que dieron origen al primero de los dos delitos de estafa, que se considera agravado por superar su cuantía los dos millones de pesetas, se remontan a 1997, cuando la víctima se dirigió al comercio Abilio Abedul Classic, donde contrató con el acusado la instalación de mobiliario de cocina por importe de 3.200.000 pesetas. La compradora, de ingresos económicos modestos en su trabajo como limpiadora de un colegio, recurrió a un crédito bancario para pagar los muebles, e ingresó su importe total por adelantado en la cuenta de Abilio López, que después de numerosas protestas de la víctima, accedió a hacerse cargo de las letras y entregó como garantía un pagaré. Sin embargo, el acusado sólo pagó tres cuotas y el pagaré resultó impagado cuando se intentó hacer efectivo. Sorprendente buena fe En su sentencia, el magistrado muestra su sorpresa por la buena fe de todas las víctimas, que entregaban al acusado importantes cantidades a cuenta o incluso la totalidad del precio en la errónea confianza en su seriedad, cuando se considera un hecho probado que Abilio López Martínez concertaba sistemáticamente los negocios con el ánimo premeditado de incumplir las entregas de la mercancía. Cabe destacar asimismo que el acusado aconsejaba a las víctimas que suscribieran créditos al consumo en el BBV, que se ingresaban directamente en su cuenta. Este es el caso de las 534.000 pesetas que obtuvo de una de las víctimas el 23 de noviembre de 1999, el mismo día en que el acusado vendió muebles por 725.000 pesetas a otra víctima, que le entregó 223.000 a cuenta. En ninguno de los casos se hizo entrega de la mercancía. En ese mismo mes de noviembre del 99, el acusado recibió 500.000 pesetas de otra víctima que recurrió a un crédito del BBV, si bien ante sus quejas le entregó mobiliario valorado en 381.280 pesetas. La cuarta estafa probada se produjo en febrero del 2000, cuando el acusado vendió por 475.000 pesetas una cocina a una víctima que recurrió al crédito y la pagó por adelantado, aunque sólo recibió el armazón, valorado en 30.000.