Diario de León

El Leonés del Año ensalzó los productos, el paisaje y a los hombres y mujeres de la tierra

Dopazo reivindica a León y sus tradiciones en el pregón de las fiestas

«El recorte presupuestario se suple con imaginación y la oferta festiva es inmejorable»

El científico y actual Leonés del Año, César Dopazo, durante la lectura de su pregón

El científico y actual Leonés del Año, César Dopazo, durante la lectura de su pregón

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F. Ramos - león
León

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Con un pregón cargado de sentimentalismo y muchas referencias al pasado y a las tradiciones más ancestrales de León se dio el pistoletazo de salida a las fiestas de San Juan y San Pedro. El pregonero César Dopazo, científico, actual Leonés del Año y director general del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), que se declaró «leonés del León profundo, del barrio del Mercado», comenzó el pregón reclamando para su ciudad algo que según sus palabras ya tiene: un pasado legendario y una lengua «que tenemos y hablamos como nadie en el mundo», señaló. En su discurso, ágil, ameno y rápido, ensalzó a los hombres y mujeres de León como los auténticos pilares de esta tierra, para a continuación comenzar, a partir del Fuero de León promulgado por Alfonso V hace aproximadamente mil años, alabar las viandas de la gastronomía leonesa. «Nuestro exquisitos manjares de cecina, botillo, chorizo, morcilla, cocido maragato, sopa de trucha, quesos, vinos del Bierzo, de Los Oteros y de Valdevimbre, bien merecen como antaño consideración, protección, respeto y buen apetito», indicó Dopazo. Finalmente, después de recorrer los entresijos del Fuero de León, el Leonés del Año propuso a todos los que se congregaron en la Plaza de San Marcelo, en una noche calurosa como ya no se recordaban en estos días de fiesta, que fueran tolerantes cazurros inflexibles y militantes para exigir para León un lugar en el mundo. «Hemos de ser capaces de hacer la ciudad atractiva de nuevo, definiendo un proyecto ilusionante de futuro, promulgando una especie de Fuero de León del siglo XXI, que entusiasme a nuestra juventud y atraiga artesanos e inversores, como hizo Alfonso V en tiempos de crisis», aseveró con rotundidad. Después de este inicio reivindicativo, César Dopazo centró su pregón en las fiestas en sí, para asegurar que «la oferta es inmejorable y el recorte presupuestario ha sido sustituido por una gran imaginación», con gigantes y cabezudos, conciertos variopintos, deportes, bailes, deportes, juegos para niños, festivales, concursos y certámenes, por lo según el científico y Leonés del Año no se puede pedir más. Por eso, y después de este elenco de actuaciones, Dopazo cerró su pregón con una petición: «Leoneses, disfrutemos de nuestras fiestas del 2003. Comamos y bebamos con moderación o, más bien, con generosidad moderada, hasta que San Juan y San Pedro bajen el dedo, porque estas fiestas son para la mayoría de nosotros las mejores del resto de nuestra vida». «Hemos de ser capaces de hacer la ciudad atractiva de nuevo, definiendo un proyecto ilusionante de futuro» César Dopazo Pregonero de las Fiestas

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