Los fuegos artificiales pusieron el broche a la noche de San Pedro

Después de más de diez días de fiestas el broche final lo puso ayer la última tirada de fuegos artificiales. A las once de la noche miles de leoneses se agolpaban en el paseo Papalaguinda para disfrutar del espectáculo. Colores, silbatos y ocho efectos de color distintos acompañaron a los disparos que iluminaron el cielo. Una máquina instalada en la ribera del río sincronizó los efectos en décimas de segundo. Según los organizadores, pirotecnia Pablo, Calo y Pibierzo, después de diez años iluminando el cielo de la capital con la parte con la que más disfrutan los leoneses es con la traca, el ruido y la espectacularidad al caer, aunque el público que anoche se congregó allí fue muy variopinto, por lo cual el objetivo de los organizadores era no aburrir. La quema duró alrededor de veinticinco minutos pero fue intensa. Este año tanto la tirada de San Pedro como la de las otras dos, San Juan y la del recinto ferial han tenido novedades respecto a años anteriores. Una de las más aplaudidas ha sido que los disparos estaban informatizados por control remoto formando secuencias sincronizadas acercándose y alejándose del público sucesivamente. El gerente de la empresa organizadora espera, tras la gran afluencia de público, no haber decepcionado a los leoneses y así poder seguir trabajando en León en años sucesivos.