Los campos electromagnéticos y su relación con el cáncer Iberdrola y Fenosa invierten 7,2 millones para enterrar las líneas de Madrid

Los ciudadanos se muestran inquietos ante la posibilidad de que exista una estrecha relación entre los campos electromagnéticos y el cáncer, según los resultados preliminares de una encuesta de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) sobre la información y percepción general en relación a estos campos, realizada por Demoscopia. No obstante, un equipo de expertos aseguró que no existe ninguna evidencia científica que asocie la causa-efecto entre los campos electromagnéticos de ondas de radio (telefonía móvil) y el cáncer. Por lo que insistieron en el «gran desconocimiento» de la población al considerar estos campos como «sinónimos de enfermedad». Los especialistas insistieron en que se lleva investigando más de 30 años sobre los efectos de las ondas de radio, las mismas que utiliza la telefonía móvil, y las conclusiones coinciden en que no hay relación entre este campo y el desarrollo de tumores. El catedrático de la Universidad de Valladolid, Juan Represa, indicó que se ha demostrado que las radioaciones no ionizantes -que tienen su límite por debajo de la luz visible- y que abarcan las ondas de televisión, microondas, líneas de alta tensión, entre otras, no tienen la energía necesaria para poder alterar la estructura del organismo y generar cáncer, a diferencia de la radiaciones de los rayos X o isótopos nucleares (ionizantes). Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado, en relación a su potencia cancerígena, varios elementos entre los que no se encuentran las ondas de radio, según el experto, quien destacó que «este ránking está en continua revisión». Además, el 90% de los agentes cancerígenos son químicos. Según Represa, «hay suficiente investigación científica sólida para permitir establecer normativas que garanticen completamente la seguridad». En este sentido, indicó que los límites de seguridad se encuentran en un valor hasta 50 veces por debajo de los que la ciencia garantiza para evitar algún efecto biológico. Además, el experto explicó que existen recomendaciones europeas que se mantienen desde el año 1999, y cuyos protocolos se revisan cada seis meses. «Hasta el momento, no ha habido ningún cambio», señaló. Una investigación que la OMS publicará en el 2007, indica que «es probable que otros síntomas (dolor de cabeza, náuseas) que las personas dicen padecer al estar expuestos a los campos electromagnéticos, pueden estar relacionadas con un estado de estrés, al padecer una percepción distorsionada del miedo». Iberdrola y Unión Fenosa invertirán 3,6 millones de euros cada una, en la actual legislatura, para soterrar las líneas de alta tensión en 25 municipios de la Comunidad de Madrid. La propia comunidad invertirá este año 4,5 millones de euros para subvencionar los proyectos presentados por estos municipios para enterrar o desviar hacia pasillos eléctricos las líneas de alta tensión situadas en zonas urbanas, con el fin de evitar la denominada polución visual y mejorar el medio ambiente. La presidenta Esperanza Aguirre y el consejero de Economía e Innovación Tecnológica, Fernando Merry del Val, firmaron sendos convenios con los presidentes de Iberdrola, Íñigo de Oriol, y de Unión Fenosa, Antonio Basagoiti, por el que éstos se comprometen a pagar entre el 20 y el 30% del soterramiento. Los convenios suscritos entre las eléctricas y el Ejecutivo de Esperanza Aguirre estarán vigentes hasta el 2007.