La Guardia Civil aumenta el control por radar

Diferentes tramos de las carreteras nacionales 601 y 625 experimentaron ayer la presencia inusual de radares móviles de la Guardia Civil. La actividad de control fue especialmente intensa a partir de primera horas de la tarde, según informaron numerosos conductores que circularon por esas vías. Los radares estaban ubicados en dos vehículos; uno de ellos marca Renault del modelo Megane, que estuvo situado en la travesía urbana de Arcahueja, en la carretera que une Adanero y Gijón. Este radar estaba anunciado previamente por un panel luminoso ubicado en las proximidades del área industrial del alto del Portillo, que informaba a los vehículos que circulaban sentido Madrid. El radar que operó en la N-625 se ubicó a primeras horas de la tarde en la localidad de Villomar, en un Citroen modelo C 5, estacionado al lado de la carretera en sentido Cistierna. Curiosamente en este punto, la información de la zona controlada por la Guardia Civil de Tráfico se señalizaba unos kilómetros al norte, pero para los conductores que circulaban en dirección a León. La Guardia Civil de Tráfico ha incrementado de forma notable el porcentaje de controles de velocidad este verano, con un incremento paralelo del número de sanciones para las que ha modificado el procedimiento habitual: las multas no se comunican al momento de detectar la infracción.