Diario de León

La deuda de las familias continúa creciendo, pero no frena el consumo

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M.J. Alegre - colpisa

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Familias e instituciones sin ánimo de lucro acumulaban el pasado octubre una deuda con el sistema financiero de 511.000 millones de euros, superior en un 19,9% a la del mismo periodo del año anterior. Pero el nivel alcanzado por la deuda doméstica todavía no afecta a su consumo, según reconoce un análisis del servicio de estudios del Banco de España. De esa cifra, el crédito para la compra de vivienda alcanzaba un importe de 361.500 millones, un 23,1% más. Este ritmo supone una ligera desaceleración respecto a los meses anteriores, porque el avance anual fue del 23,8% (septiembre), del 23,7% en agosto y del 23,6% en julio. Los hogares también habían tomado prestado, con destino a gastos de consumo y otros fines, 148.700 millones de euros hasta octubre, lo que supone un incremento anual del 12,8%, ligeramente inferior al 13,2% de septiembre y el mismo porcentaje de aumento registrado en agosto. Algunas advertencias El Banco de España, suministrador de estos datos, ha insistido en sus advertencias: el avance sigue siendo elevado y, si se mantiene el ritmo rápido e intenso en el aumento de los compromisos financieros de las familias, puede acabar por debilitar el gasto de consumo doméstico. Es algo que por ahora no ha sucedido. A esta conclusión llega un trabajo que acaba de publicar el servicio de estudios del banco emisor. «En el momento actual no parece probable que el endeudamiento alcanzado, pese a su magnitud, esté frenando significativamente la expansión del consumo de los hogares», aseveran sus autoras. Argumentan que «gran parte del notable ascenso registrado por los pasivos de las familias españolas en los últimos años responde a cambios en sus fundamentos de largo plazo», es decir, a su mayor patrimonio físico (básicamente inmobiliario, fuertemente revalorizado) y financiero, a la mejor situación del mercado de trabajo, (renta laboral) y a unos tipos de interés históricamente bajos. No hay ahora, por tanto, razones para creer que los hogares tengan que prescindir de otros gastos para hacer frente al pago de sus deudas. Los autores del estudio puntualizan, no obstante, que «el mantenimiento del elevado ritmo de avance de la financiación ajena recibida por las familias, en ausencia de nuevos cambios en sus determinantes de largo plazo, podría terminar situando el volumen de deuda del sector en niveles que afectasen de forma perceptible a sus decisiones de gasto». Si los tipos suben notablemente, el empleo se tuerce o se desploman las Bolsas, el riesgo estará servido y, por añadidura, se prolongará «por un periodo más dilatado». El cálculo técnico del servicio de estudios del Banco de España determina que, cuando se produzca un desequilibrio en el crédito y se vea afectado el consumo, se necesitará un largo plazo para la recuperación: la brecha tardará en cerrarse algo más de tres años, al ritmo de un 8% por trimestre. Y es que, según insiste el instituto emisor, la carga financiera de los hogares españoles y sus decisiones de gasto son hoy más sensibles que en el pasado a variaciones en el coste de la financiación. Sus niveles de endeudamiento pueden contribuir a profundizar los aspectos negativos de una eventual fase bajista del ciclo económico o «limitar» el alcance de las etapas de recuperación, concluye.

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