«A nadie le puede molestar que se plasme la historia en el Estatuto»

PP y PSOE negocian a marchas forzadas los que se consideran son los últimos flecos que permitirán presentar una reforma consensuada del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, cuya gran novedad ya anunciada será la inclusión de una referencia expresa a León como uno de los dos Reinos fundadores de la actual comunidad autónoma. -¿Por qué resulta tan complejo encajar el papel de León en el futuro Estatuto? -Lo que recogemos en el texto que estamos consensuando es que la comunidad de Castilla y León es una comunidad histórica y cultural que surge de la unión de los Reinos de León y de Castilla. Así de claro y por este orden. Por lo tanto, en realidad no vemos ninguna dificultad en plasmar la importancia del Reino de León en la constitución de la comunidad ni que esa importancia figure dentro del texto estatutario. -Entonces, ¿ha habido total consenso entre los dos grupos mayoritarios al abordar esta cuestión? -Absolutamente. Así es. -¿Cree que ese reconocimiento que por primera vez va a tener León en el Estatuto va a servir para acabar de alguna manera con el sentimiento de agravio comparativo que tantas veces se pone de manifiesto en esta provincia? -Bueno, que existe en algunos sectores de León. Porque tengo que recordar que la Unión del Pueblo Leonés tiene dos procuradores divididos y que tanto el grupo popular como el socialista tienen muchos más. Sin embargo, siempre parece que los representantes de León son ellos, cuando eso no es así. Sólo uno de los dos grupos mayoritarios tiene más del doble de procuradores por León que la UPL. Yo mismo me siento representante de León, porque yo soy procurador de las Cortes de Castilla y León. En cuanto a si con este reconocimiento de León que aparece en la definición de la comunidad vamos a acabar o no con ese sentimiento de agravio que suele abanderar la UPL, pues no lo sé, pero espero que sí. Me gustaría que fuera así, aunque sé que es complicado. Esto es algo que ocurre en la mayoría de las comunidades autónomas, no sólo en ésta. Esto no es nuevo. Los habitantes de unos territorios o de unas provincias miran a veces con recelo a los de otras -En cualquier caso, ¿qué va a suponer este reconocimiento? ¿Qué cambios va a notar León? -Bueno, para eso hay que esperar a que acabemos este documento de consenso. Creo que avanzar hacia el mayor autogobierno, que es lo que va a hacer el nuevo Estatuto, es bueno para todos, para toda la comunidad autónoma. En definitiva, lo que que va a hacer el nuevo Estatuto es profundizar en nuestro autogobierno. Creo que caminamos hacia nuestra madurez autonómica ya que pretendemos alcanzar nuestro techo competencial. Además, queremos abrir el Estatuto a los cambios que se están produciendo en estos momentos en cuanto a leyes básicas estatales, como es la ley orgánica del poder judicial, o la ley de bases de Régimen Local... Incluso los cambios que parece que se pueden producir en la propia configuración de la Agencia Tributaria Estatal. Lo que hace la reforma es abrir el Estatuto a esos posibles cambios que pueden venir, adaptarlo en definitiva. Creo que un Estatuto que profundiza en el autogobierno, que se abre a los posibles cambios que puedan ocurrir ,y que recoge una carta importante de derechos sociales para los ciudadanos de Castilla y León es algo bueno para la comunidad. Para toda la comunidad. Para León, para Valladolid, para Ávila, para Soria, etc. Creo que hay que pensar en el todo. -Hablando del todo, ¿cree que alguna provincia puede llegar a sentirse molesta por el especial reconocimiento que se le otorga a León? -No, porque lo que se hace en la definición es plasmar la historia, y a nadie le puede molestar la historia. Yo estoy convencido de que nadie se va a molestar. Lo que hacemos en el Estatuto es plasmar claramente la historia de esta comunidad, que surgió hace más de ocho siglos de la unión del Reino de León y del Reino de Castilla. Cuando se plasma la realidad de la historia, no le puede molestar a nadie. Puede molestar cuando uno intenta modificar o tergiversar la historia, como hacen algunos nacionalismos, pero no es el caso. Aquí lo que hacemos es plasmar la realidad de la historia, constrastada con historiadores. El grupo popular entiende que eso no puede molestar a nadie porque lo que queremos es que la reforma del Estatuto nos haga sentir cómodos a todos. Yo siempre he dicho que en la reforma había que pensar más en el todo que en las partes.. Y lo que estamos pretendiendo en este momento, en el que siguen las negociaciones, es que todos los ciudadanos de Castilla y León se sientan cómodos en el Estatuto y que todos se sientan reflejados en el Estatuto. No que unos se sientan más reflejados ni que otros se sientan menos. -¿Qué le diría al portavoz de la UPL, Joaquín Otero, para que aceptara o al menos comprendiera esta iniciativa de reconocer a León en el Estatuto? -Es difícil decirle cosas a Don Joaquín. Primero porque se le ve poco en las Cortes de Castilla y León. Y segundo porque sus planteamientos iniciales son tan diferentes de los nuestros que resulta muy difícil encontrar un punto de encuentro. Cuando uno parte de dos comunidades y cuando uno parte de un proyecto de reforma que ha presentado públicamente, donde se recogen cuestiones clara y manifiestamente inconstitucionales, es difícil llegar a un acuerdo. Sobre todo porque nosotros partimos de la base de una reforma del Estatuto constitucionalista, mientras que él hace una lectura leonesista del Estatuto y de la reforma. Ciertamente nos resulta difícil encontrar puntos en común. Eso no quita para que luego yo personalmente con Joaquín Otero me lleve bien, adecuadamente. -¿Por qué se ha dejado fuera al Grupo Mixto de la ponencia en la que se han iniciado los trabajos previos a la reforma? -Muy sencillo. Primero porque Joaquín Otero no asistió, a pesar de que siempre se le convocó, a ninguna de las reuniones de la Comisión no permanente para el estudio de la reforma del Estatuto. Hay que recordar que por esa Comisión han pasado hasta diecisiete personas que representaban a otras tantas instituciones y organizaciones. Desde las universidades a los sindicatos, pasando por las cámaras, por la Federación Regional de Municipios y Provincias, etc. Estuvo convocado a todas pero no acudió a ninguna. Habrá que preguntarle porque no acudió a ninguna. Porque estuvo hasta el rector de León y yo creo que podría haber ido perfectamente. En segundo lugar, él planteó por delante un texto de reforma que, insistó, era claramente incostitucional, que tenía una visión muy partidista del Estatuto y que se salía de los márgenes de la Constitución. Un texto bastante pobre, todo hay que decirlo. En definitiva, no quiere venir a la Comisión y encima presenta por delante un texto tan alejado no sólo de nuestra línea de trabajo sino de la propia Constitución, que no parece que tenga mucho sentido. Es decir, no le hemos dejado solo, se ha dejado él sólo. -¿Qué otras iniciativas encaminadas a reforzar ese sentimiento de comunidad autónoma se incluyen en la reforma que están negociando? -No podemos avanzar nada más hasta que no cerremos definitivamente el acuerdo, algo que espero suceda muy pronto. En cualquier caso, hay una serie de principios rectores de las políticas sobre las administraciones públicas, que constituirán uno de los artículos novedosos de la reforma, que van por la línea de lo que me pregunta. -Y en cuánto al reconocimiento del leonés, ¿qué va a suponer? -El reconocimiento del leonés se recoge en un artículo también novedoso que habla sobre la lengua y el patrimonio lingüístico de Castilla y León. En ese artículo también se recoge el castellano, por el valor que ha tenido y tiene para la comunidad. -En cuanto a la única comarca que tiene la comunidad, El Bierzo, ¿va a recoger el Estatuto alguna referencia específica? -Insisto en que todavía estamos cerrando el Estatuto. Si todo va bien, a mediados o finales de esta semana tendríamos cerrada la negociación, pero, como con cualquier negociación, también podría suceder que se paralizara, se retrasara o incluso se rompiera. Yo no deseo que eso suceda pero vamos a dar tiempo al tiempo. Quedan los últimos remates y ya se sabe que éstos suelen ser los más conflictivos. -¿Qué opina de la visión que Martín Villa dio de la comunidad recientemente, durante una visita realizada a León? -Desconozco las declaraciones de Martín Villa pero pienso que no podemos estar permanentemente revisando nuestra historia. Tenemos que mirar al futuro. En el año 83, hace 23 años, las nueve provincias que formamos Castilla y León decidimos constituírnos en comunidad autónoma a través de una ley orgánica. Tenemos que mirar para adelante. No podemos estar permanentemente entroncados ni analizando el pasado, sino que tenemos que mirar el futuro, plantear un Estatuto para las próximas generaciones, un Estatuto del siglo XXI. Creo que la reforma está pensada para mirar al futuro.