Diario de León

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El oro verde de León

La provincia, sobre todo en la ribera del Órbigo, cultiva la práctica totalidad del lúpudo que se produce en el país

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R. López - león
León

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De paseo por las riberas del Órbigo y otras comarcas leonesas, bañadas por los ríos Tuerto, Porma y Torío, los ojos descubren en el paisaje una imagen peculiar, inusual en el resto de la geografía castellana y leonesa y del resto de España. En los campos, los tradicionales cultivos de la provincia como la remolacha o la vid ceden su protagonismo al lúpulo, una planta trepadora, de la familia de las cannabináceas (aunque sin propiedades alucinógenas), que crece guiada por tutores de hasta seis metros de altura y cuya flor contiene unas resinas y aceites esenciales que otorgan a la cerveza dos de sus propiedades más características: el amargor y el aroma. El origen del cultivo de esta planta en España se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial. La derrota de Alemania, el principal país productor de lúpulo, y su delicada situación económica debilitó el mercado internacional de la cerveza. El problema de abastecimiento llegó también al territorio español, donde además el régimen franquista quería imponer una política de autarquía económica. Así pues, el 23 de mayo de 1945 se promulga un decreto para impulsar este cultivo a través de una concesión administrativa que recayó en la Sociedad Española de Fomento del Lúpulo, con sede en Villanueva de Carrizo, integrada por todas las fábricas de cerveza que existían en el país en aquel momento y que superaban la treintena. Según explica el director administrativo y de Producción de la Sociedad, Ignacio Nicolás, esta situación se mantuvo hasta 1986, cuando, con la entrada en la Unión Europea, finalizó la concesión administrativa y se liberalizaron las importaciones de lúpulo. En ese momento nacieron las agrupaciones de cultivadores, con las que se establecieron contratos de compra venta en función de las necesidades del mercado. «Oro verde» para León Inicialmente, el cultivo del lúpulo se implantó en Galicia, en León y en Asturias, llegando a extenderse por 2.000 hectáreas. «La máxima cosecha fue en octubre del 85, con tres millones de kilos, pero quedó en excedente un millón, a 500 pesetas el kilo que se pagaba entonces...», recuerda Ignacio Nicolás. Más tarde, en las comunidades gallega y asturiana, de forma que actualmente el 99% del lúpulo que se produce en España crece en León, en algo más de 600 hectáreas y con una producción aproximada de entre 1.200 y 1.300 toneladas.

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