Monseñor Sebastiánapuesta por ver los cambios «sin dramatismos y con humor»

El arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, aseguró ayer en León que «con perspectiva y fe» la Iglesia tiene que observar los cambios sociales «sin dramatismos, con serenidad y hasta con cierto humor». El prelado, que recibió la ordenación episcopal en 1979 en la Diócesis de León, se dirigió a los medios de comunicación en los minutos previos a la conferencia que pronunció en la parroquia de Nuestra Madre del Buen Consejo en compañía del obispo de León, Julián López Martín. Monseñor Sebastián reconoció que «en este momento hay bastante polarización de la sociedad española, una sociedad muy abierta y con unas posturas excesivamente tensas». «Estamos en una situación -añadió- en la que se subraya más lo que es diferente que lo que nos reúne». «Hay que ver los cambios con paciencia, pero mantiendo las convicciones cristianas», agregó. En tal sentido, y refiriéndose a la reforma de los estatutos de autonomía, el prelado manifestó que «hay una euforia de lo diferente», a pesar de que «generalmente lo que es más común a todos siempre es más profundo, más importante». «La incompatibilidad que se presenta entre unas regiones y otras es una magnificación de las diferencias que no es realista, justa ni prudente». Respecto a la relación entre la Iglesia y los ciudadanos, monseñor Sebastián explicó que «hay momentos en los que la sociedad tiene una sensación de emancipación o de superación. Siempre que se habla de algo negativo nos fijamos en cosas secundarias de la Iglesia». Con un mensaje tranquilizador, el prelado recordó que «la Iglesia siempre ha mantenido su capacidad de reencarnación porque hay un núcleo permanente que es el Evangelio». «Cambian muchas cosas -indicó-, pero la Humanidad sigue adelante y las aspiraciones del hombre son siempre las mismas». «Obispo, no político» En relación a la actualidad más cercana, y también como arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián se refirió al desconcierto que se vive en Navarra como consecuencia del uso político que se hace de este territorio en el marco del proceso de negociación con ETA. «Soy obispo, no político», recalcó, aunque posteriormente matizó que, como ciudadano navarro, también le preocupa lo que ocurra en la ciudad donde ejerce la actividad episcopal. «En este momento se nota cierta preocupación en la calle». Y se explicó: «Los navarros son muy amantes de sus tradiciones, pero compaginan esa identidad pacíficamente con la española. Un 80-85% se sienten navarros y a su vez muy gustosamente españoles. Eso es lo que acentúan hoy en su manifestación», concluyó refiriéndose a la protesta convocada ayer en Pamplona.