A la víctima del crimen de Astorga le explotaron un ojo con una barra de metal

El Ministerio Fiscal describe en su escrito de conclusiones provisionales que el acusado por el crimen de Astorga inflingió hasta once heridas a la víctima en la zona craneoencefálica y dejó la cara de la joven completamente desfigurada. En uno de los casos, se empleó con tal violencia que llegó a explotar el ojo izquierdo a la adolescente con una barra de hierro, perdió masa encefálica y sufrió una fuerte hemorragia así como escoriaciones varias, por lo que la muerte fue casi inmediata. Un jurado popular juzgará el caso el próximo día 16 de junio, en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, para dictaminar si el imputado es culpable o no. Se le solicita una pena de 14 años de prisión por homicidio, tiene antecedentes penales, y fue detenido poco después de lo ocurrido. La defensa alega que, en el momento de los hechos, el sospechoso se encontraba bajo los efectos de las drogas, y desconoce si realmente llegó a cometer el crimen, porque no recuerda nada. Por ese motivo, solicita la libre absolución o, en caso contrario, una pena máxima de dos años y medio de prisión. El escrito de conclusiones provisionales relata que el acusado llamó por teléfono a la víctima a las 3,24 horas del 26 de agosto del 2005. Concertaron una cita en el Cine Gullón de Astorga, a la que el procesado llegó en coche junto a un amigo, al que indicó que esperase en un pub, para irse después con la muchacha, una joven de 17 años.

En un descampado

El imputado y la joven llegaron a un descampado de la calle Chapín de la localidad, donde iniciaron por motivos desconocidos una fuerte discusión. Describe el fiscal que el presunto autor de los hechos llevaba en el maletero de su coche una barra de futbolín, de casi medio metro de largo, con la que provocó múltiples traumatismos a la muchacha (se contabilizaron hasta once) uno de los cuales le provocó la explosión del ojo izquierdo y pérdida de masa encefálica, que desfiguraron la fisonomía de la cara de la fallecida y le causaron una hemorragia muy abundante. La víctima trató de defenderse y llegó a arañar al procesado. Tras la agresión, el supuesto autor de los hechos regresó al pub en el que se encontraba su amigo, al que relató lo sucedido y enseñó las manos ensangrentadas: «Creo que la he matado. Para que veas de lo que soy capaz», dijo.

Quemó la ropa

Con el móvil de otro amigo, llamó a su padre para que viniese a buscarle desde otra localidad cercana, y junto a su progenitor, acudió de nuevo al descampado, para ir a buscar las llaves de su coche, que había perdido supuestamente durante la agresiones. Tiró después la camiseta que vestía en un contenedor de basura de Astorga, se puso una chaqueta que el primer amigo había dejado en el coche y quemó el resto de la ropa que llevaba al llegar a su domicilio. La defensa dice que, fruto del consumo de cocaína, en un momento de la discusión, el acusado perdió el conocimiento, y cuando recuperó el sentido, vio a la joven en el suelo y perdió la noción de la realidad, sin darse cuenta de nada.