Un verano con tintes invernales

Hay una peculiaridad que caracteriza a todos los leoneses: da igual que sea verano, que siempre van acompañados por una chaqueta para cuando la tarde comienza a refrescar. No obstante, este verano, no sólo han tenido que hacer uso de una fina chaquetita. La ropa de invierno sigue colgada en todos los armarios de los leoneses y, es que hasta esta semana, las temperaturas han rozado mínimos de hasta ocho grados. Abrigos, jerséis y algún paraguas han sido los complementos que han acompañado durante el primer mes de verano. Tanto esperar estos meses y, al final, no se puede disfrutar de una calurosa noche sentado en una terraza o de un refrescante baño en las piscinas. Sin embargo, los mayores perjudicados del mal tiempo han sido los hosteleros. Durante esta época han visto como ponían y quitaban las terrazas, sin conseguir que más de cuatro mesas estuvieran llenas. Según hosteleros de León, la afluencia se ha reducido en más de un 50%, en relación al periodo del año pasado. Las pérdidas económicas para estos comerciantes han sido incalculables, sobre todo durante los fines de semanas. «Nunca habíamos visto las terrazas tan vacías en esta época del año. Algunos fines de semana han sido atroces, no se acercaba ni una alma» explicaba la dueña de una cafetería. Pero el problema es mayor, cuandose trata de las heladerías, donde sus terrazas estuvieron completamente vacías. «¿A quién le puede apetecer tomarse un helado o un granizado con estas temperaturas? A mí no, así que al resto de la gente, supongo que tampoco», manifestó un empleado de una heladería. El mal tiempo tampoco favorece al turismo. Durante este primer mes de verano, el número de visitantes a la capital se ha visto reducido en relación al 2006. Los hoteleros defendieron que la ocupación se vio disminuida entre un 10 y un 15%. Así mismo, los restaurantes han visto como en la mayoría de las ocasiones la mitad de sus mesas estaban vacías, situación que no ocurría otros meses de verano. La afluencia de visitantes también se ha visto mermada en las tiendas de recuerdos de León, aunque, son optimistas. «Vemos que hay menos turistas que en otras ocasiones, pero no creo que fuera por el tiempo, ya que León se visita igual con sol que con lluvia. No obstante, cuando más turistas se acercan a la capital, es a partir del 5 de agosto. Así que esperamos subir las ventas» explicó una dependienta. Desde el pasado lunes 23 de julio, los termómetros han empezado a subir hasta conseguir temperaturas que superan los 30 grados. Esto ha hecho que los leoneses salgan a la calle, disfruten de un refrescante helado o pasen una tranquila velada en una de las numerosas terrazas de la capital. Los hosteleros esperan que el tiempo les dé una tregua y consigan así recuperar las pérdidas económicas que han sufrido durante julio. A ver si Lorenzo no se esconde por una larga temporada.