Diario de León

Los hechos ocurrieron a las 15,40 y fue necesario evacuar a 80 personas

Desalojada la Catedral una hora por una falsa amenaza de bomba

Un varón llamó al 112 con un distorsionador de voz y dijo que hablaba «en nombre de un comando»

Un grupo de turistas japoneses siguen su visita pocos minutos después de acabar el desalojo

Un grupo de turistas japoneses siguen su visita pocos minutos después de acabar el desalojo

León

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Efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, del grupo de Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos y agentes de la Policía Local desalojaron ayer la Catedral de León en torno a las cuatro menos cuarto de la tarde, tras recibir un aviso en el servicio 112 Castilla y León por el que se les notificaba que un individuo había realizado una llamada utilizando un distorsionador de voz, en la que se advertía de la colocación de un artefacto explosivo en alguna zona de las dependencias de la seo. Inmediatamente se puso en marcha un operativo de emergencias, cuya primera actuación fue desalojar a las cerca de ochenta personas que en ese momento visitaban el monumento: «Sólo supimos que teníamos que salir inmediatamente a la calle todos porque habían amenazado con una bomba, pero no nos dieron más explicaciones», comentó la responsable de uno de los puestos comerciales del interior de la Catedral. Después de buscar el posible paquete explosivo durante casi una hora en toda la instalación, se llegó a la conclusión de que se trataba de una falsa alarma: «La gente ha sido desalojada con calma y no ha habido demasiados problemas», reconoció un vigilante del servicio de seguridad privada que cuida de la Catedral. «Han estado buscando por todas partes y en todos los recovecos. Por si acaso, se mantuvo un dispositivo de emergencia, pero da la sensación de que todo ha sido una broma pesada y que por fortuna no hay que lamentar desgracias», advirtió Mario González, el administrador de la Catedral. La anécdota corrió a cargo de un grupo de turistas japoneses, atónitos ante la medida adoptada. Para evitar el alarmismo, se les notificó que era la hora de la limpieza general del museo y que había que salir a la calle: «Se trataba de no hacer mal efecto cara al turismo». «Mantuvimos abierto un operativo de emergencia por si acaso, pero parece que ha sido una broma» MARIO GONZÁLEZ Administrador de la Catedral «La gente salió de forma ordenada y no se ha producido ningún problema en especial» VIGILANTE DE SEGURIDAD Testigo «Solamente nos dijeron que saliéramos, que había una bomba y ahora acabamos de regresar» DEPENDIENTA Encargada de un puesto

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