Restaurar en comandita

El esfuerzo de los vecinos, apenas veinte familias, los trabajos de restauración de la licenciada en Historia del Arte y restauradora de bienes culturales Araceli Reyero y la aportación económica de la Diputación y el Obispado de León, contribuyendo con el 50% de los 6.542 euros de inversión y el resto por los propios feligreses, han hecho posible que los dos retablos laterales de la iglesia de la localidad hayan recuperado su estado original y puedan alargar su vida indefinidamente. Una de las personas que más empeño y dedicación ha puesto ha sido el párroco Julio Ignacio López Álvarez que desde el pasado mes de julio hasta ahora ha estado pendiente de todos los trabajos, que fueron bendecidos el pasado domingo.

No es la primera vez que la unión de los vecinos, la parroquia y las instituciones hacen posible la restauración del patrimonio religioso. En el año 2008 llevaron a cabo la restauración del retablo mayor y en el 2009 salvaron la talla de la Virgen con el Niño.

Los dos retablos presentaban graves alteraciones que afectaban tanto a la estructura y su estabilidad como al programa decorativo como el desplome de los sistemas de sujeción a la pared, ataque de la carcoma, pérdida de volumen, desencolado y desajuste de piezas, repintes de dorados y policromía, barnices oxidados y oscurecimiento.

Para la restauradora Araceli Reyero, la causas del deterioro vienen declaradas por la humedad proveniente de los muros y de las cubiertas, actuaciones incorrectas sobre los retablos, perforaciones, colocación de cables eléctricos, puntas, quemaduras, repintes, golpes y; sobre todo, un escaso mantenimiento en muchos años.

Las labores realizadas por la restauradora se han centrado en la intervención en los sistemas de fijación, corrección de los desplomes, el enderezamiento de los retablos, la desinsectación, eliminación de elementos que no eran originales, la reconstrucción volumétrica del soporte perdido, la consolidación y readhesión de los dorados, la limpieza de la estructura y superficies talladas, limpieza de dorados y policromía con eliminación de repintes, barnices oxidados y suciedad grada.

Araceli Reyero señaló que «se ha añadido un capítulo destinado al mantenimiento de los retablos en concreto y de los bienes conservados en la parroquia en general, capítulo fundamental para asegurar en el tiempo la pervivencia del buen estado de conservación de los bienes intervenidos y albergados en la iglesia, es lo que se denominaría conservación preventiva».

Para los vecinos de Palacio de Valdellorma significa la única oportunidad para restaurar el patrimonio, destacando la implicación de las administraciones públicas y el obispado, ya que en caso contrario los pueblos no podrían afrontar las inversiones para su conservación, perdiéndose parte de la identidad de los pueblos y, por el contrario, se gana un patrimonio y el espíritu de colectividad de los vecinos, por lo que se muestran orgullosos de ello; unos por motivos religiosos y otros de vecindad.