Descartan pagar las expropiaciones de terreno del embalse de Villagatón
La CHD estima en 15 euros por hectárea el coste para los regantes beneficiados.
Los agricultores de la Vega del Tuerto (en la foto, San Justo) han optado por cebada y girasol.
En el valle que se muere de sed quieren más agua, pero no a cualquier precio. Al menos esa es la postura que mantiene el Sindicato Central de Regantes de Villameca, después de que la presidencia de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD, haya remitido a los interesados un primer documento encaminado a la puesta en marcha del pantano de Villagatón, construido para regular el río Porcos (las obras finalizaron en 1994) y deudor del Tuerto, cuya puesta en marcha supondría un aumento de las reservas hídricas del 25% para la vega del Tuerto.
El Documento de reflexión entre los afectados, previo a la toma de decisiones sobre la puesta en servicio del embalse de Villagatón fija el itinerario que se deberá seguir para la explotación del embalse, con una capacidad de 4 hectómetros cúbicos (hm3), y es en los cánones de regulación y en el pago de las expropiaciones por los terrenos que anega el embalse (pendientes aún de satisfacer), donde el sindicato muestra su oposición. «Ya pagamos un canon por el agua de Villameca y estamos a la espera de celebrar un encuentro con la CHD para avanzar en este asunto», contestaba ayer desde el organismo que reúne a las comunidades de regantes.
Los regantes de Villameca pagaron en el 2011 un canon por el agua de riego de 72,69 euros por hectárea, fijado para este año en 66,01 euros. A éste, los regantes añadirían uno nuevo de 78 euros por hectárea si las 830 hectáreas que se desarrollarían gracias al embalse de Villagatón benefiaran al sistema Tuerto-Villameca. Además, en el primer año de funcionamiento, los beneficiados pagarían el sobrecoste que supondría la expropiación de los terrenos ocupados por el vaso del embalse, cercano a 15 euros por hectárea.
El incumplimiento
El sindicato recordó ayer que el Ayuntamiento de Villagatón se comprometió a poner a disposición de la Junta de Castilla y León y de la Diputación —administraciones que acordaron en 1988 la construcción de la presa— los terrenos anegados (unas 4 hectáreas). El pacto no se cumplió —incluso supuso una denuncia por vía de las pedanías de Villagatón y Brañuelas contra el alcalde, Benjamín Geijo, que fue sobreseída al considerarse que las irregularidades observadas no debían resolverse en el ámbito penal— y aún se reclaman las cantidades.
El Documento de la CHD propone que el caudal correspondiente a 330 hectáreas se reserve a los regadíos del Porcos antes de su desembocadura en el Tuerto, para que la dotación de 500 hectáreas restante se destine a mayores recursos para las 18 comunidades de regantes del sistema Tuerto. Cálculos que suponen duplicar la superficie realmente regada del área del Porcos con una dotación adecuada de caudal frente a las condiciones actuales de estiaje y caudal insuficiente.
La hoja de ruta prevista para que el año que viene Villagatón entre en funcionamiento contempla el documento de reflexión, al que seguirá un trámite de la audiencia con los titulares de concesiones del Porcos y una encuesta formal al resto de los interesados. Posteriormente se diseñaría un nuevo escenario concesional y la Junta de Castilla y León cedería el embalse a la CHD, que se haría cargo de su explotación. El convenio permitiría iniciar el proceso de expropiación de terrenos y, por último, se pondrá en explotación el embalse.