Diario de León

El Burgo Ranero

«El homosexual no nace, se hace, y tiene complejo de inferioridad»

El párroco falangista ataca al coletivo gay, al Rey y al Papa.

Jesús Calvo no tiene reparo en exhibir símbolos del régimen franquista.

Jesús Calvo no tiene reparo en exhibir símbolos del régimen franquista.

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Sandra Charro | El Burgo Ranero
León

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Se define como un hombre «con la cabeza en los hombros, fiel a las doctrinas filosóficas–teológicas–escolásticas, socrático, aristotélico, compositor -tiene 110 obras registradas en el archivo de la Catedral de León-; y un párroco con vocación para tender a los pueblos», pero pasará a la historia por ser el cura falangista de León que airea sus opiniones franquistas, xenófobas y racistas en cualquier medio.

Jesús Calvo lleva 44 años siendo el párroco de El Burgo Ranero y no duda en repetir a este medio las declaraciones que la semana pasada dijo en su breve pero intenso paso por el programa televisivo ‘Las Mañanas de Cuatro’. «El homosexual no nace, se hace. Se trata de una anomalía psicológica, ya que tienen complejos de inferioridad. Tiene miedo a confeccionar una familia y dar batalla a la vida y pensar en el futuro», afirma rotundamente. ¿Y en caso de que se tratara de algún ser conocido y cercano, como por ejemplo su sobrino? Tiene respuestas para todo. «Le llamaría a examen, le instruiría y le intentaría sacar de sus complejos».

Y no se pone colorado a la hora de reducir los casos de pederastia que se han conocido de sacerdotes a un tanto por cierto «mínimo». «En todo estamento humano hay ovejas negras», asegura. Es más, «acuso a Benedicto XVI de imprudente e injusto por no decir las heroicidades anónimas de la Iglesia, de los misioneros y de los párrocos de pueblo y sí sacar los cuatro casos que ha habido». Tampoco el nuevo papa Francisco es ‘santo de su devoción’ ya que, según Calvo, «vende flores y no frutos».

Mientras toma un café con el jefe de la Falange en Castilla y León, Jesús Prieto, lanza dardos envenenados contra el Rey Juan Carlos I de Borbón, de quien cree que debe ser excomulgado ya que «el derecho canónico condena con la excomunión automática al que perjura y al que ayuda al aborto». Por supuesto, habla bien de Francisco Franco que fue quien se encargó de «preparar muy bien» al jefe del Estado para que «pudiera restaurar una monarquía católica, tradicional y participativa», mientras éste «perjuró permitiendo una monarquía parlamentaria y liberal». Y ese es el gran problema y «el pecado» de la sociedad actual para este cura anclado en el pasado: el liberalismo, plasmado en la Constitución de Cádiz de 1812. Para él es una teoría «que supone que la libertad humana no tiene límites, depende del capricho humano y no cuenta con la supremacía de Dios», por lo que se aleja de la autoridad cristiana y de las leyes civiles inspiradas en la Iglesia.

«A cada uno, lo suyo»

«El mundo sólo tiene un problema: la descristianización», dice, ya que «en la sociedad de ahora se tiran niños a la basura y a los asesinos se les privilegia con falsos derechos humanos». Por eso recuerda que la horca estuvo permitida por la doctrina católica. «A cada uno hay que darle lo suyo. La justicia es en proporción del bien y del mal hecho», considera Calvo.

Y no teme ser sancionado por el clero ya que todos sus desprecios los justifica en que él estudió 12 años la doctrina católica y «las verdades eternas no cambian con el tiempo porque el ser humano siempre tiene la misma naturaleza, los mismos vicios y las mismas virtudes y el tiempo demuestra la necesidad de una autoridad firme».

Ha plasmado todas sus ‘leyes’ en cinco estudios: Defectos de la amnistía internacional , Belleza, libertad y felicidad , Vertientes del amor , Los porqués de la pena capital y Mentiras democráticas , todos ellos registrados y algunos publicados y disponibles para todo aquel que comulgue con la visión que él tiene de la vida.

El párroco del Burgo Ranero se describe a sí mismo como «el capellán de los falangistas de León» y es conocido en la zona por sus inquietudes políticas, las mismas que predica ante un café y ante los feligreses que van a escuchar sus homilías a la Iglesia. «En el púlpito sólo digo lo que me han enseñado» y «no me meto con partidos políticos ni hago mítines», aclara.

Ahora ya prepara la misa para del 20-N para celebrar el aniversario de la muerte de Franco y honrar a José Antonio Primo de Rivera. «Es un acto de justicia por nuestros caídos por la defensa de la tradición católica, que dieron su vida por la patria». O, del mismo modo, es un acto de «defensa de las verdades tradicionales», señala.

Una ceremonia que hasta hace unos años se celebraba en San Marcelo, pero el obispo de León le prohibió a Jesús Calvo continuar allí. Por eso este año será la parroquia de Santa Marina La Real el templo que acoja el homenaje.

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