Con ella llegó por fin la primavera

m. carnero | león

Los vecinos de Carrizo de la Ribera no faltaron ayer a su cita con la tradición para celebrar una de las fiestas más antiguas y vistosas de la comarca. Como cada martes de Pentecostés, los vecinos sacaron a pasear a su patrona, la Virgen del Villar, a la que colmaron de flores, bailes y música. Todo para rogarla un año de bienes para todos los habitantes de esta zona, o por lo menos para pedirle que no llueva más para que los agricultores puedan recuperar la cosecha, hasta ahora amenazada por las intensas precipitaciones de las últimas semanas.

Pero aunque la Virgen, una preciosa imagen románica querida y venerara por todos, brilló más que nunca arropada por un precioso día de primavera, los auténticos protagonistas son los jóvenes de la localidad, que un año más se afanaron por recuperar la tradición y por rescatar del olvido los trajes y los bailes típicos de esta fiesta que se remonta a tiempos inmemoriales.

Ya desde primera hora de la mañana, los romeros se pusieron sus mejores galas para acompañar a la santa desde la iglesia hasta su ermita, ubicada en Villar de las Ollas, en una hermosa procesión a través de los campos, en la que la imagen de la Virgen discurre entre arcos de flores, pendones y danzas.

Una vez en la ermita, tuvo lugar la romería, con ofrenda floral, rogativa, bailes tradicionales, lucha leonesa y degustación de los típicos panales de miel y piñones, y como novedad este año, una chorizada.

Después los vecinos disfrutaron de una disco móvil, a loa que le siguió el concurso de juegos tradicionales, orquesta en directo y fuegos artificiales.