Folgado anuncia que hasta el 2004 no se establecerá qué minas cerrarán

Desde el 24 de julio, los Estados que lo deseen podrán otorgar tres tipos de ayuda a la minería; a la reducción de actividad (hasta finales de 2007), para el acceso a reservas y para costes de carácter excepcional. Los diferentes gobiernos deberán presentar un plan de reducción y de cierre de las unidades de producción que no accedan a la reserva estratégica de la UE en el primer semestre del 2004. En este sentido, Folgado no quiso explicar ayer los criterios que seguirá el Gobierno ni tampoco cuándo presentará su plan de cierre de las unidades que no accedan a ella. «Ya diremos en junio del 2004 qué pozos tienen que desaparecer en el 2007», manifestó, añadiendo que informarán de «qué otros pozos seguirán funcionando, porque lo van a requerir las centrales eléctricas». Folgado aseguró ayer que el nuevo reglamento es «uno de los trabajos que más esfuerzo ha costado a la presidencia española de la UE». «Sin estas ayudas, el carbón español estaba condenado a desaparecer», confesó. «Algunos países no entendían nuestro empeño, ya que no había riesgo de desabastecimiento en el mercado mundial, y podrían surgir problemas con las normativas medioambientales», apuntó. Una vez superados todos los escollos, considera «un auténtico éxito» los resultados obtenidos, a los que vinculó con el funcionamiento del Plan del carbón (1998-2005). Para Folgado, «el nuevo reglamento nos va a permitir seguir desarrollando una reestructuración no traumática del sector y un desarrollo alternativo a las comarcas mineras». Gran flexibilidad El secretario de Estado de Energía quiso destacar la «gran flexibilidad» del nuevo Reglamento del Carbón. «La aprobación es un éxito pero lo es más su contenido», matizó Folgado. Se hará una reducción significativa de las ayudas hasta el 2010, pero éstas no están cuantificadas; «no contempla objetivos parciales por categorías de ayudas, lo que da gran margen de maniobra»; y los planes de cierre a diciembre de 2007 «podrán ir referidos a unidades de producción y no a empresas». Por último, destacó el plazo que tienen los Estados para presentar el plan de cierre y el de las reservas estratégicas, junio del 2004. Un plan más allá del 2010 El diputado socialista Celestino Suárez aprovechó la comparecencia de José Folgado para transmitirle su valoración «positiva» para el futuro del sector, y que «encaja con el actual Plan del carbón». Ante esta perspectiva, el diputado asturiano exigió una continuidad para la minería a partir de esa fecha, con la puesta en marcha de un nuevo plan «que debe superar la barrera del año 2010, para dar más seguridad al sector». Suárez apostó por que este futuro plan sea más amplio que la normativa comunitaria, «como ya se hizo con el actual», cuyo fin se estableció en el 2005, tres años más tarde que el del Tratado Ceca. Para el político asturiano, este nuevo plan «debería negociarse cuanto antes con las centrales sindicales». El secretario de Estado de Energía transmitió al diputado socialista que el Reglamento del Carbón concluye en 2010, «pero ello no significa -apuntó- que en esa fecha se acaben las ayudas». En cuanto a la valoración del nuevo reglamento, el socialista demandó «un mayor compromiso de las empresas mineras para acceder a la cuota de reserva estratégica. Deben hacer un esfuerzo para que sus unidades de producción estén en buen estado», reclamó Suárez. Por lo que se refiere a la reducción de actividad, el político asturiano afirmó que dicho cese de actividad «no debería ser inferior al del Plan del carbón».