Ana Gaitero desmitificó las leyendas malditas sobre la zona de La Cabrera

La periodista de Diario de León Ana Gaitero quitó hierro a las leyendas generalizadas sobre un cierto carácter maldito de la comarca de La Cabrera, en la charla que ofreció en La Baña el pasado viernes, dentro del ciclo de conferencias que repasan el siglo XX en los pueblos de la provincia. Manuel Garrido, profundo conocedor de la historia y costumbres de la zona, puso fin a la cita. El alcalde de Encinedo, Ramiro Arredondas, abrió el acto recordando que La Cabrera «estuvo marginada» pero en la actualidad «tenemos pleno empleo y han mejorado las vías de comunicación», en buena medida gracias a las industrias pizarrareras, dijo, aunque reclamó la finalización de la carretera entre La Baña y Orense, un hospital comarcal y reformas para que los adolescentes no tengan que abandonar los pueblos para educarse. «Tierra mítica» Gaitero recordó que «en los primeros años del siglo XX La Cabrera era una tierra mítica» debido a diversas publicaciones que terminaron por identificarla con la deprimida comarca española de Las Hurdes. «Se aisló mucho la situación de la zona, y no se la comparó con otras», dijo. Después recordó acontecimientos como las misiones pedagógicas «que trajeron el primer cinematógrafo en 1932», la emigración masiva de la década de los sesenta, el trabajo de los cabreireses en diversas obras públicas «para sacar jornales, sin que la suya, la carretera» que vertebraría la comarca «llegara nunca», dijo, o actividades cotidianas, como la maja, los bailes, el trabajo en el monte de las mujeres y los niños, el rezo del responso contra los lobos, las romerías, el paso de los mendigos por los pueblos en busca de sustento, la importancia de los animales en la vida diaria, o, ya en el último cuarto de siglo, los intentos de los cabreireses «por borrar el pasado que llevaban como un lastre», del que perviven construcciones «que son una joya para las nuevas generaciones», dijo. Después, Manuel Garrido repasó la trayectoria de La Cabrera desde los primeros asentamientos prerromanos, y destacó su vinculación con el aprovechamiento aurífero de Las Médulas, que supuso «la creación de numerosos empleos indirectos», dijo. Además, señaló que en la Edad Media la zona floreció por su ligazón con los monasterios, y que hacia el siglo XVIII «se rehacen todas las iglesias» de la comarca, aunque a principios del XX «se publican novelas que ven La Cabrera como un lugar legendario y nebuloso».