Asaja alerta de la expansión masiva de la EHE en León en las próximas semanas
Pide a los ganaderos de extensivo que declaren la enfermedad para poder cobrar las ayudas

El veterinario inyecta medicamentos a una vaca infectada de Ehe en una finca de la comarca de ledesma
Asaja León ha mandado una circular a sus ganaderos de extensivo para que notifiquen a las autoridades si detectan la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) en sus explotaciones, dado que el mosquito que la transmite está llegando a las zonas de montaña de la provincia.
En la carta, firmada por el secretario general, José Antonio Turrado, se pone de manifiesto que «por los casos que ya se han confirmado, y las sospechas a raíz de los síntomas que tienen las vacas de muchas explotaciones ganaderas de vacuno extensivo, todo apunta a que la enfermedad se va a expandir masivamente en las próximas semanas entre el sector ganadero de la provincia, ocasionando muertes de animales y pérdidas productivas de todo tipo (delgadez, infertilidad, abortos, concurrencia de otras patologías paralelas por bajada de las defensas, entre otro efectos».
Turrado explica que la insistencia de Asaja llevó a que la Junta de Castilla y León diera el pasado año una ayuda a las explotaciones afectadas, ayuda que, «también por insistencia, y tarde», ha terminado prometiendo el Ministerio de Agricultura. «Nuestra organización viene reclamando en cada reunión a las que asistimos, que dichas ayudas se fijen con carácter permanente mientras no desaparezca la enfermedad, que se proporcione una vacuna gratuita que sea eficaz y que no tenga efectos secundarios, y que la enfermedad sea asegurable a través de Agroseguro. En esta línea seguiremos trabajando», asegura el secretario general.
En la misiva se deja claro que es el veterinario de la explotación el que, ante síntomas de la enfermedad, debe de pautar las medidas que estime oportunas, así como aconsejar o no la vacuna en explotaciones todavía no afectadas. Confirmada la sospecha por el veterinario, el ganadero tiene la obligación de comunicarlo ante la Unidad Veterinaria que le corresponda (en principio puede ser una comunicación verbal. «Si se retrasa la visita, aconsejamos que sea una comunicación escrita con registro de entrada», matizan.
Una vez comunicado el caso a la Unidad Veterinaria, esta procederá a tomar muestras a los animales afectados para confirmar o no la enfermedad.
Además, levantará un acta/encuesta de la que dejará copa al ganadero. Esta copia servirá al ganadero como justificante de haber hecho la comunicación.
Una vez se tengan los resultados, si es positivo se informará al ganadero de ello, y si es negativo y persisten los síntomas, el ganadero puede pedir de nuevo otra prueba pasados dos meses.
Por último explican que declarar la enfermedad no ocasiona ningún perjuicio para el ganadero, «aunque si lo ocasionara, debería de hacerlo igualmente, porque es obligatorio hacerlo».
Turrado mantiene que «únicamente declarando la enfermedad habrá posibilidades de acogerse a posibles ayudas que establezcan tanto la Junta como el Ministerio» Por eso insiste en que «no hay duda alguna que, ante la sospecha, lo hay que comunicar al veterinario privado de la explotación, y a los veterinarios oficiales de la Unidad Veterinaria».