El Greim halló a los espeleólogos aficionados en el «Curso de las aguas», tras la llamada de la dueña del albergue
Rescatan a once personas atrapadas 26 horas en la cueva de Valporquero
Tres efectivos del Grupo de Intervención Rápida de Montaña (Greim) de la Guardia Civil con sede en Sabero rescataron en la mañana
El grupo de portugueses, compuesto por dos guías y nueve personas más con escasa o nula preparación en espeleología, entraron el interior de las cuevas de Valporquero por la conocida como «La senda de las Perlas». Allí comenzaron a recorrer varios kilómetros por el interior de la gruta, hasta salir por el otro extremo del paseo subterráneo, a varios centenares de metros sobre el río Torío. El grupo había salido del alberque en el que se habían alojado el viernes a las ocho de la mañana, aproximadamente. Como la mayor parte de los integrantes de la expedición no tenían experiencia ni conocimientos de espeleología, tardaron muchas horas en cubrir el trayecto por el interior de la montaña. Así, en los últimos «rápeles» de la ruta, ya en exterior de la cueva, es donde los miembros del grupo de montaña de la Guardia Civil encontraron a los once portugueses. En tirolina sobre el río Como el cauce del río baja con dos metros de agua por encima de su nivel habitual, los tres efectivos del Greim que acudieron al rescate tuvieron que instalar una tirolina para que los excursionistas cruzaran uno a uno. La voz de alerta la dio la responsable del albergue cercano en el que se había hospedado días atrás el grupo. Al ver que habían pasado casi veinte horas desde su salida, a eso de las cuatro de la mañana del sábado se decidió a dar el aviso a la Guardia Civil. Varias horas después, en torno a las nueve de la mañana del sábado, los efectivos del Greim encontraron a los excursionistas al final de la gruta. Las labores de rescate y el montaje de la citada tirolina por encima del río supusieron otras dos o tres horas de trabajo. Varios efectivos del Greim tuvieron que retornar ayer domingo por la mañana a la zona del rescate y al interior de la cueva para recoger material que habían dejado algunos miembros del grupo de espeleólogos aficionados que, de forma imprudente, decidieron acometer el conocido «Curso de las aguas», una de las rutas de interior de montaña de más difícil ejecución de nuestro país.