Diario de León

| Reportaje | Un rincón con encanto en Villafrea |

Aire fresco en la montaña

El centro rural el Albergue de Eslonza, instalado en las viejas escuelas

El centro rural el Albergue de Eslonza, instalado en las viejas escuelas

Publicado por
J. A. O. - villafrea
León

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La localidad de Villafrea, a un par de kilómetros de Boca de Huérgano en dirección al puerto de San Glorio por la carretera de Santander, celebró el viernes noche por todo lo alto la apertura de su centro rural, el Albergue de Eslonza. Tras casi 300.000 euros de inversión de la junta vecinal y el Ayuntamiento de Boca, con algo de ayuda de fondos mineros, la restauración y elevación de otra planta, en cantería, ha hecho que las viejas y abandonadas escuelas vuelvan a ser un lugar de referencia en el pueblo. Todos los vecinos de Villafrea, gente de los limítrofes y hasta todos los alcaldes del PP de la comarca se dieron cita en la inauguración el viernes por la noche. El protagonista era Iván Ventura, el joven madrileño de 27 años que ha abandonado su trabajo como escaparatista y decorador en el Corte Inglés para dedicarse y apostar por el mundo rural y la hostelería. Resultó el adjudicatario de la subasta del centro rural que hizo la Junta Vecinal de Villafrea y ha tenido que invertir otros 27.000 euros en equipar el interior de lo que desde el viernes por la noche es el Albergue de Eslonza. El pueblo también intenta dar vida a un espacio y colaborar con el desarrollo turístico de la comarca. Iván es hijo de una leonesa natural de Mellanzos (Gradefes), pero él nació, se crió y se formó en la capital de España. Hace algún tiempo abandonó Madrid, harto, «para venirme al mundo rural». Comenzó trabajando el León a la espera de ir ahorrando o encontrar una oportunidad como la de Villafrea. Está ilusionado y entusiasmado. «El Ayuntamiento y el pueblo me lo han puesto todo fácil, me han dado mucha ayuda», confiesa junto a su novia y otro joven amigo, con quienes gestionará el local. Apertura en tiempo récord Ha conseguido abrir en tiempo récord: se hizo con la adjudicación el 10 de mayo y desde anteayer está abierto. Él mismo ha realizado la decoración con mobiliario, objetos y utensilios tradicionales que ha restaurado y que llevaba años coleccionando: «Mira lo bien que me han venido ahora». Camas, doseles, muebles, arcas, ornamentos como tablas de fregar, trillos convertidos en originales lámparas donde antiguos bozales de alambre envuelven las bombillas, aperos y objetos de época llenan un lugar con encanto, luminoso, donde la madera y la piedra son los protagonistas. Un sitio acogedor en el que por un muy buen precio se puede dormir -cuenta con 10 habitaciones y 32 camas y los precios de estancia oscilan desde 12 euros por persona y día a 50 euros el fin de semana- o acercarse a celebrar una merienda, una cena o pasar el rato al calor de la lumbre de su chimenea.

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